El Madrid de Antonio de Felipe

La exposición Graffiti Pop, de Antonio de Felipe, en Casa de Vacas hasta el 28 de abril.

Me arranco a escribir este post con la prudencia propia de un escritor nada experto y con la emoción de un enamorado de la capital. Y lo hago ahora que Madrid me está dando una de las mayores alegrías de mi carrera con mi nueva exposición Graffiti Pop que podréis venir a ver hasta el 28 de abril al Centro Cultural de Casa de Vacas de El Retiro. ¡Un bombazo!

Soy valenciano y tengo 49 años. Llevo 25 dedicándome al arte de forma profesional y otros tantos viviendo en esta ciudad que me lo ha dado todo. He de reconocer que cuando llegué me pareció algo inabarcable, incluso ajena, extraña. Pero fue solo durante las primeras horas. Pronto empecé a sentir aquello que sentimos -y repetimos hasta la saciedad- todos aquellos que nos hemos instalado aquí en busca de una nueva vida llena de proyectos y nuevas experiencias: empecé a sentirme como uno más.

Y poco a poco, he ido descubriendo cada rincón secreto de esta ciudad, cada cielo azul, cada noche interminable y cada día incombustible. Hoy, paso por aquí para dejar eufórica constancia del amor incondicional que siento por Madrid. Y lo comparto con todos vosotros con cinco pequeños placeres que para mí definen a la perfección lo que es esta ciudad.

Edificios, teatros, cines y luminosos componen una imagen única en la Gran Vía (©José Barea, MD).

UNA CALLE: no podría ser otra que la Gran Vía. La razón por la que me enamoré de Madrid cuando era bien pequeño. Fueron sus teatros, sus cines, sus grandes carteles, sus luminosos…lo que llamó mi atención. Vivo en Malasaña por su multiculturalidad y mezcla de gentes. Por su carácter integrador, por su vida.

En la plaza de San Ildefonso siempre apetece tomar algo en sus terrazas (©José Barea, MD).

UNA OCASIÓN: la primavera en Madrid,  a poder ser en la Plaza de San Ildefonso. Justo cuando la ciudad explosiona, las terrazas se abarrotan, la vida sale a la calle. Es, sin duda, un momento especial. Y es el que he elegido, precisamente para escribir este post. No es casualidad.

El Parque del Retiro es un lugar privilegiado, el pulmón verde de la ciudad.

UN PARQUE: sin duda, El Retiro. El lugar en el que he expuesto mi obra al mundo en hasta cinco ocasiones. La última, precisamente ahora. La acogida que está teniendo Graffiti Pop está siendo completamente desmesurada. Y que sea en un entorno tan privilegiado, en el mismísimo pulmón de Madrid, me fascina.

La Cajita de Nori, en el barrio de Conde Duque, es un sitio que te hace sentir como en casa.

UN LOCAL: un pequeño y acogedor rinconcito que he descubierto hace no mucho tiempo en la zona de Conde Duque. De nombre La Cajita de Nori, es un lugar donde cada vez que he ido me he sentido como en casa. Como arropado. Y además se come y se bebe escandalosamente bien. Y el personal es de 10. Cien por cien recomendado.

En Madrid hay pinacotecas imprescindibles, como el Museo Thyssen-Bornemisza.

UN PORQUÉ: el Arte, mi razón de ser. Madrid es una de las ciudades con mayor potencia artística del mundo. El simple hecho de tener primeras pinacotecas como el Museo Thyssen-Bornemisza, el Museo Reina Sofía o fundaciones como Mapfre o CaixaForum me hace sentirme muy muy afortunado. Y, por supuesto, han inspirado buena parte de mi obra.

Aquí me vine y aquí me quedo. ¡Gracias Madrid!