¡Madrid está en fiestas! Toda una excusa para recorrer los rincones más castizos de la ciudad.

¡Madrid está en fiestas! Toda una excusa para recorrer los rincones más castizos de la ciudad.

Los habéis elegido vosotros. Hace unos días os preguntamos a través de nuestras redes sociales, en Facebook y Twitter, cuáles creíais que eran los lugares más castizos de Madrid. Están a punto de comenzar las fiestas de agostoSan Lorenzo, San Cayetano y La Paloma– y nos pareció una pregunta de lo más oportuna. Estos son los resultados.

Arco de Cuchilleros

Este es el Arco de Cuchilleros, el acceso más famoso de la Plaza Mayor.

Arco de Chuchilleros

Es el más famoso de todos los accesos a la también muy castiza Plaza Mayor. Su altura pone de manifiesto la diferencia de nivel existente entre la propia plaza y la Cava de San Miguel. Es obra del arquitecto Juan de Villanueva, quien en 1790 se encargó de cerrar todo el espacio con sus características arcadas tras un incendio. El nombre del arco se debe a que la salida da a la calle Cuchilleros, que es donde antiguamente se ubicaban los talleres del gremio, que suministraban utensilios a otro gremio, el de los carniceros, que ya sabéis que cuentan con su propia casa a escasos metros. De entre todos los negocios que aquí podemos encontrar, uno es el que según todos vosotros es el más castizo: Las Cuevas de Luis Candelas. Un restaurante ubicado en el lugar exacto en el que se escondía el famoso bandolero del siglo XIX, al que bien recuerda el personal, ataviado a la antigua usanza. En su carta os esperan los platos más tradicionales de Madrid (cordero, cochinillo, callos…).

Casa Lucio es el inquilino más ilustre de la Cava Baja. ¡Hay que probar los huevos estrellados!

Casa Lucio es el inquilino más ilustre de la Cava Baja. ¡Hay que probar los huevos estrellados!

Cava Baja

¿Quién no ha salido alguna vez por la Cava Baja? Creo que habéis acertado de pleno al considerar que este es uno de los sitios más castizos de Madrid. Situada en pleno barrio de La Latina, no es solo una de las más animadas de la ciudad. Es también una de las más antiguas, que se extiende entre la Puerta Cerrada y la plaza del Humilladero en paralelo a la Cava Alta. Ambas calles estuvieron habitadas en sus tiempos por latoneros, cordeleros y guarnicioneros, que tenían aquí sus talleres. Fue, desde el siglo XVII, punto de llegada y partida de arrieros y carreteros de las diligencias que transportaban el correos a los pueblos más cercanos o, ya un poco más lejos, a Toledo y Segovia. De ahí que proliferaran las posadas en la zona. Hoy es posible alojarse en una de ellas, totalmente rehabilitada, eso sí: la Posada del León de Oro, con corrala y restos de la muralla del siglo XII. Justo al lado abre sus puertas otro hotel con encanto, La Posada del Dragón, que ocupa el lugar del antiguo granero municipal. Pero si hay un lugar mítico en esta Cava Baja ese es Casa Lucio, que abre sus puertas donde mucho tiempo atrás estuvo el Mesón del Segoviano. Si aún no has probado sus huevos estrellados, ¿a qué esperas?

En torno a la Ribera de Curtidores se extiende cada domingo por la mañana el popular Rastro.

En torno a la Ribera de Curtidores se extiende cada domingo por la mañana el popular Rastro.

El Rastro

Los domingos por la mañana –y también los días festivos- todos tenemos una cita en El Rastro, el mercado al aire libre más antiguo y famoso de Madrid. Ubicado en el barrio de La Latina, en el entorno de la Ribera de Curtidores, con la plaza de Cascorro como centro neurálgico, El Rastro una gran manzana casi triangular delimitada por las calles de Toledo, Embajadores y Ronda de Toledo. Está documentado desde el año 1740 como un lugar de encuentro para la venta y cambio y trapicheo de ropas de segunda mano. Su nombre se debe al rastro que dejaban los animales que eran conducidos a rastras al cercano matadero municipal. Nadie puede decir que es madrileño hasta la médula si alguna vez no ha ido a curiosear al Rastro. Para después de las compras siempre queda el vermú en alguna taberna cercana.

Las corralas, como esta de Lavapiés, eran las casas populares del viejo Madrid.

Las corralas, como esta de Lavapiés, eran las casas populares del viejo Madrid.

La corrala de Lavapiés

Pues sí. Uno de los sitios más auténticos de la ciudad hay que buscarlo en el barrio de Lavapiés, más concretamente en la calle calle de Tribulete. Es ahí donde podemos ver una genuina corrala, un tipo de vivienda característico del viejo Madrid durante los siglos XVII, XVIII y XIX. ¿Y qué es? Sencillamente, una casa de corredor (balcón corrido) con armazón de madera cuyos balcones dan a un patio interior. Con el paso del tiempo y tras la demolición del edificio de la calle Mesón de Paredes que cerraba la manzana, la corrala que habéis elegido ha quedado a la vista. Una sugerencia: tomaros algo en el Gau Café, en la azotea de las antiguas Escuelas Pías, y observarla desde allí. Será como volar con la imaginación hasta las páginas de alguna novela de Pérez Galdós.

Aunque hoy es un hotel muy moderno, La Posada del Peine fue una de las fondas más frecuentadas de Madrid.

Aunque hoy es un hotel muy moderno, La Posada del Peine fue una de las fondas más frecuentadas de Madrid.

La Posada del Peine

Aunque hoy es un modernísimo hotel, qué duda cabe de que La Posada del Peine es uno de esos lugares que mejor sirven para evocar tiempos pasados. La vieja fonda funcionó como tal desde 1610 hasta 1970, y ahora vive una segunda juventud convertida en hotel con encanto. Si se llama así es porque los antiguos propietarios ataban un peine con una cuerdecita en el cuarto de baño para que los huéspedes no se lo llevaran a casa. Quienes hayan pasado por la calle de Postas, junto a la Plaza Mayor, seguro que se han fijado alguna vez en su preciosa fachada. De la posada se conservan algunos elementos, como el reloj de su frontal, el pavimento de la entrada y la escalera principal, de madera de pino. Los entonces cuartos de mala muerte -con pasadizos secretos para que los clientes pudieran escapar tranquilos- son, en la actualidad, habitaciones con muebles de diseño, aunque no por eso el lugar deja de respirar cierta magia.

Botín es el restaurante más antiguo del mundo. Todo un clásico de Madrid.

Botín es el restaurante más antiguo del mundo. Todo un clásico de Madrid.

Casa Botín

Y terminamos donde empezamos: en la calle de Cuchilleros. Pero en un sitio muy concreto y lleno de historia, en Casa Botín, toda una institución en Madrid. Considerado el restaurante más antiguo del mundo, fue fundado en 1725 por Jean Botín, un cocinero francés. El restaurante ocupa las cuatro plantas del inmueble y conserva el ambiente de posada original, tanto que el horno de leña de la casa que aún hoy en día sigue asando cochinillos y corderos es el original. Actualmente, Botín es regentado por la cuarta generación de la familia González, sucesora de la familia fundadora. Todo un referente de cocina tradicional.

Siempre habrá algún barquillero en las fiestas de la Paloma. ¡Hay que disfrutarlas!

Siempre habrá algún barquillero en las fiestas de la Paloma. ¡Hay que disfrutarlas!

Y hasta aquí hemos llegado por los lugares que habéis elegido como los más castizos de Madrid. Pero nosotros os sugerimos dos más: la plaza de las Vistillas y la plaza de la Paja –que también muchos votasteis-, dos de los escenarios donde tendrán lugar las fiestas populares del verano, en honor a San Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de la Paloma, que comienzan ya mismo. ¡No os las podéis perder! Aquí os dejo un enlace con todo el programa para que disfrutéis de lo lindo con verbenas, conciertos y muchas otras actividades para todos los gustos y públicos.

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