Hay que coger altura para descubrir las muchas posibilidades que tiene Madrid (Foto: ©José Barea, MD)
Madrid cambia cada día. Cuando te aburriste de los Prados y los Thyssen, aparecieron las exposiciones de CaixaForum o cualquiera de los cientos de espacios de los que disponemos hoy. Y cuando estos ya sabían a poco, proliferaron todo tipo de galerías que ahora son La Meca de la socialité. Si hablamos de comer y beber, ídem: cuando los buenos restaurantes y tabernas del Barrio de Salamanca te empezaban a parecer algo anticuados, Chueca se puso en marcha (allí se reunía lo más cool). Pero su reinado fue efímero porque los bares random de Malasaña ganaron la batalla.
El Hotel Indigo Madrid-Gran Vía apuesta por un espacio en lo alto para captar al cliente más hedonista.
Fue el maravilloso momento en el que muchos comenzaron a tomar consciencia de la existencia de esa región del aire a cierta elevación sobre la tierra, que es la forma en que la RAE define la altura, y el único espacio de Madrid que quedaba por ocupar. Así fue como el De Madrid al cielo tomó la forma física de cócteles, pinchos, mobiliario de diseño y precios europeos.
Una sofisticada estela, la de las rooftop, que no ha parado de ganar adeptos hasta el día de hoy. Buena prueba de ello es la apertura de un nuevo sky lounge en el Hotel Indigo Madrid-Gran Vía, un hotel de corte vanguardista en plena Gran Vía madrileña que, una vez más, ha apostado por un espacio en lo alto para captar al cliente más hedonista. Yo ya he tenido el privilegio de estar y puedo deciros que es uno de las mejores de Madrid.
La terraza del Hotel Mercure Santo Domingo es íntima, perfecta para una cita de esas que se recuerdan.
Otra de mis terrazas preferidas es la del Hotel Mercure Santo Domingo. No es la más alta, ni la más grande ni la que tiene las mejores vistas. Pero es íntima, algo más alejada del cotarro y, al menos para mi gusto, una de las mejores si lo que queremos es una cita de esas que se recuerdan. Los precios y la calidad de bebidas y picoteo, acompañan.
La azotea del Círculo de Bellas Artes te deja atónito la primera vez que subes a ella.
Ahora que, no podemos negarlo, el atractivo más codiciado de estas azoteas es la vista. Y en ese aspecto hay una clara ganadora: la Azotea del Círculo de Bellas Artes, que casi asusta. Asusta el inmenso acceso a la panorámica de toda la ciudad, asusta el tremendo espacio del que disponen y asusta, o al menos te deja atónito la primera vez, el no haber estado nunca, no conocerlo y que haya estado durante algún tiempo bajo letargo.
La Terraza del Óscar es habitual centro de reunión para lo más chic de cada casa.
Pero si de vistas va la competición, la ya mítica Terraza del Óscar de la plaza Vázquez de Mella es increíble. La guinda de un pastel que es el Room Mate Óscar, icono del barrio de Chueca y habitual centro de reunión para lo más chic de cada casa. Una pequeña piscina le da el toque fresco que necesita Madrid en verano.
Un ascensor exterior nos eleva hasta Fuse, la hipermoderna terraza del Hotel Silken Puerta América.
En ese selecto club de espacios abiertos a ese cielo tan especial que tiene Madrid no puede faltar Fuse, la hipermodernista terraza en lo alto del Hotel Silken Puerta de América. Un placer para los sentidos desde el momento en el que comienza a elevarse el ascensor exterior que nos trae furtivos recuerdos del Japón más urbano y cool. No digo nada y lo digo todo.
La Terraza del Gymage, muy cerca de la Gran Vía, se ha convertido en uno de los sitios de moda.
La privadísima Terraza del Urban o la del Hotel Ada Palace en Gran vía, el low-cost en la azotea del Gymage, el Jardín de Serrano en Salamanca o la terraza del Colegio de Arquitectos, en la calle Hortaleza, completan la oferta que los madrileños tenemos hoy para poder observar el cielo azul a unos cuantos metros de altura del mundano tumulto de la calle. Permítaseme el forzado elitismo.
Enrique Cortés