Los empeños de una casa

Categoría: Arte y Cultura 13 noviembre 2018

Dado el éxito cosechado en la temporada anterior, el Teatro de la Comedia vuelve a programar hasta el 9 de diciembre Los empeños de una casa, la obra teatral más conocida de Sor Juana Inés de la Cruz. Llevada a escena por Pepa Gamboa y Yayo Cáceres, con esta producción la Compañía Nacional de Teatro Clásico se suma a la reivindicación de las mujeres escritoras.

Una emboscada en las calles de Toledo da comienzo a Los empeños de una casa. Ambientada a miles de kilómetros del convento de San Jerónimo de la Ciudad de México, donde vivió buena parte de su vida Sor Juana Inés de la Cruz, esta obra tiene el interés de ser una réplica exacta del mismo tipo de teatro que se hacía al otro lado del Atlántico. Ni en la trama ni en el léxico es posible ver un rasgo propio de mexicanidad, más bien reproduce las situaciones que tanto gustaban en los corrales de comedias castellanos. Además la crítica ha subrayado la presencia de personajes femeninos fuertes, pero tampoco parece que las mujeres de Lope de Vega lo sean menos, como vimos en Las dos bandoleras, montada por la propia Compañía Nacional de Teatro Clásico en 2014. Es precisamente su similitud con lo que se hacía en Europa lo que convierte a esta pieza, un encargo para conmemorar el nacimiento del primogénito del Conde de Paredes, virrey de México, en una obra cumbre de la literatura novohispana antes de que encontrara su propio lenguaje.

Desde hace décadas Sor Juana Inés de la Cruz forma parte por derecho propio del canon de la literatura en español, sin embargo su teatro no se ha visto en los escenarios madrileños con demasiada frecuencia, bien sea por la dificultad de montar adecuadamente sus obras o tal vez porque empalidezcan al lado de su muy original y compleja producción poética. Mientras textos como Primer sueño se leen con asombro por sus metáforas precisas, la elasticidad de sus versos y el sentido profundo de sus imágenes, vinculadas con la ciencia y la teología, Los empeños de una casa sigue la estela de Lope de Vega en el Arte nuevo de hacer comedias y propone una historia de enredo para entretener al público. La puesta en escena tiene el acierto de incorporar la música en directo, como solía hacerse en el Siglo de Oro, y de potenciar las escenas de acción, tan importantes en este “arte nuevo…” que consigue seducir al público saltándose las tres unidades del teatro clásico, las de tiempo, espacio y acción. ¡Cine antes del cine!

Pero lo que hoy nos sorprende de verdad es que Los empeños de una casa fuera escrita por una monja -por supuesto habría tomado el voto de castidad-, porque durante la hora y media que dura la obra los personajes, movidos por el amor verdadero y preocupados por restaurar su honra, no hacen ni una sola mención a la fe católica o a la divinidad. Esto mismo ha convertido a Sor Juana Inés de la Cruz, que según cuenta la leyenda se disfrazó de hombre para poder asistir a la Universidad, no sólo en uno de los talentos más versátiles de nuestra literatura sino también en un icono indiscutible para todos los que deciden escribir en libertad.

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