Salvador Dalí vuelve a Madrid a partir del día 27 de abril con todos los honores. Ese día el Museo Reina Sofía abre al público las puertas de la gran retrospectiva sobre el artista. Y coincidiendo con esta completísima exposición, toda la ciudad se prepara para rendirle homenaje. El Hotel Palace fue uno de sus lugares preferidos en la ciudad y por eso los responsables de este emblemático establecimiento han querido rendirle tributo con un menú daliniano, elaborado por cuatro jóvenes ampurdaneses. Quien lo pruebe pasará por varias experiencias, pero eso sí, siempre con una sonrisa.
El menú se llama “Del Impresionismo al surrealismo gastronómico” y es una forma de trasladar los gustos culinarios de Dalí al plato. El resultado es un viaje por los productos típicos del Empordà, una materia prima fabulosa que Salvador disfrutó durante toda su vida. Unos productos muy sencillos, pero elaborados de diferentes formas para disfrutar de sus colores y texturas y en combinaciones sorprendentes.
Nada más empezar ya nos damos cuenta de dónde estamos. Los nombres de los platos evocan a Dalí y al mundo del arte en general. Estos son los entrantes: Naturaleza muerta, una auténtica delicia que comían los pescadores del Empordà y que no es más que la raspa de la anchoa frita, y es que a veces lo más sencillo es también lo más suculento. Seguimos con Huevos al plato (sin el plato), servidos sobre su propia cáscara y colocados sobre pan. Los chefs nos sorprendieron a todos los comensales con la aparición de la Miniatura del cerdo, un simple mini fuet individual. Y para terminar esta parte el Autorretrato blando con bacon frito, con imágenes que nos recuerdan a nuestro artista, y que es un cremoso de panceta con flores de mostaza.
Pero que nadie espere un menú extravagante, extremadamente vanguardista e incomprensible. La propuesta que nos hacen Quin Casellas (restaurante hotel Casamar, una estrella Michelin en Llanfranc), Marc Gascons (Restaurante Els Tinars, una estrella Michelin en Llagostera), Vicenç Fajardo (Restaurante Hotel La Plaça, en Madremanya) y Jordi Garrido (Restaurante del Hotel Mas de Torrent, en Torrent) es de sabores puros, poco alterados, para degustar el producto y acercarnos a esos sabores que tanto amaba el genio de Figueras y que solían estar en su mesa de la casa de Port Lligat en Cadaqués.
Si con La persistencia de la memoria vamos a degustar un ejemplo renovado del mítico Mar y Montaña, el movimiento impresionista está presente en el siguiente plato: Los primeros días de la primavera, una lubina sobre un fondo verde elaborado con esos guisantes y alcachofas tan propios de la temporada. El sol y el color siguen presentes en el Retrato de Gala, y ahí el juego empieza antes de descomponer la composición, para intentar buscar los rasgos de la musa. Posiblemente sea el plato más variado, decenas de vegetales que proporcionan hasta 40 texturas diferentes.
El surrealismo llega con los postres. El momento sublime te deja desconcertado cuando lo que te sirven es un huevo frito con sorpresa. Con el café aparecen Las acomodaciones de los deseos y las cámaras empiezan a disparar a diestro y siniestro con las piruletas de los dalinianos bigotes, o con los labios de Mae West que Dalí inmortalizó en forma de sofá.
El menú estará disponible en el Hotel Westin Palace desde el 23 de abril sólo durante las cenas, al precio de 55 euros. Si además se quieren introducir los vinos recomendados (un tinto Castell de Peralada y un blanco Oliver Conti, ambos del Empordà, y un cava rosado Castell de Peralada, que era el que tomaba el propio Dalí), hay que añadir 15 euros más. La experiencia merece la pena. Tal vez cuando acabes de degustar el menú y llegues a las escaleras del hotel te parezca ver al gran Dalí con su capa de ocelote llegando al vestíbulo, una imagen que aún recuerdan algunos de los empleados más veteranos del hotel. Pero eso será sólo una ilusión. Estos días el auténtico Dalí va a habitar varias salas del Reina Sofía en una muestra que nadie puede perderse.