La Latina más de moda

La Latina es un barrio histórico siempre muy animado. ¿Por qué? Muy sencillo: porque está lleno de bares.

Hola amigos, mi nombre es Miguel Bañón. Soy un madrileño que ha fluctuado de Chamberí a Lavapiés, pasando por Las Rozas (seguramente por haber vivido en sus diferentes rincones, amo tanto esta ciudad). MC Ediciones lifestyle, que es el grupo en el que ahora me ubico como director de moda, es una empresa única en España en la que hacemos productos netamente españoles para el hombre español. Yo entré hace casi ya 10 años… Mi vida, desde entonces, siempre ha estado aquí. Cuando viajo hay cuatro cosas que echo demasiado de menos: mi chico, mi perro, mi casa y mis bares. Madrid me gusta por lo extrema que es. Es muy rústica, pero tiene mucha cultura. Tiene mucha moda, pero la gente viste muy mal (nótese el tono jocoso, no se me hieran sensibilidades…). Es un contraste continuo.

La Taquería del Alamillo es un restaurante mexicano de La Latina, perfecto para degustar los platos más típicos.

Y para hablar de mis bares, amigos míos, me debo remitir a La Latina, el barrio en el que vivo desde hace 15 años y del que apenas salgo salvo para trabajar. Para mí, sin duda, lo mejor de Madrid. Me gusta porque tiene ese punto de pueblo maravilloso, porque es un barrio histórico, porque está lleno de bares, tiene muchas zonas verdes, tenemos Madrid Río al lado… No se lo recomendaría  a nadie porque no quiero que vengan más a La Latina. ¡Bueno, vale! Es maravilloso. ¿Sitios? La Taquería del Alamillo para cenar; para tomar unas copas o unas cañas, Bar Timón y Segovia 16, este último con dos plantas de estilo ibicenco que para mí son uno de los must de Madrid. Y de farra explosiva, La Noche. Todos ellos, repletos de gente muy moderna y muy hipster, muy moda todo. Ah, y por supuesto, La Botillería de Maxi en la Cava Alta, 4. Más madrileño, imposible. ¿Lo mejor? Los callos y el cocido. ¡Arriba el cliché!

Más madrileño imposible: en La Botillería de Maxi hay que probar los callos y el cocido.

Aunque ahí no acaba Madrid. Cada uno tiene su Madrid y el mío, por suerte o por desgracia, ha sido Lavapiés, Chueca, La Latina, Malasaña, la Gran Vía… Hay mucho más allá del distrito Centro pero ese ha sido el lugar de referencia para algunos que, hace sólo algunos años, apostamos por la libertad como motivación y por Madrid como punto de referencia.

Madrid Río es una de esas maravillosas zonas verdes a solo unos pasos de La Latina.

Creo que el colectivo LGTB ha sido y es motor de la normalidad en todos los ámbitos y de una lucha que no elude ni la estética ni la cultura ni la diversión. Es el motor de muchas cosas y mantiene el centro de esta ciudad en marcha. ¿Sobre la moda? Innegablemente están muy unidos, como el fútbol y la cerveza. Por H o por B, la gente gay gravita hacia el sector moda; es parte de la industria en todos los niveles, desde el más creativo al más financiero. Y aún en momentos más difíciles como este, la clave está en seguir trabajando como hasta ahora y conseguir que ciudades como Madrid sigan siendo uno de los puntos calientes del sector. ¡Un saludo y nos vemos en La Latina!