Es una tradición que debes cumplir. No hay día de Reyes sin su roscón, aunque para los fervientes seguidores de este bollo, que se remonta a la época romana, la buena noticia es que en las pastelerías madrileñas se encuentra durante más tiempo, incluso hay obradores que lo hacen durante todo el año.
Es fácil encontrar roscones por todas partes, pero te aconsejo que lo compres en panaderías o pastelerías donde se elaboran de forma artesanal. La diferencia con los roscones industriales es más que evidente. No tienen nada que ver ni la calidad de los ingredientes (harina, leche, mantequilla, azúcar, huevo y agua de azahar), ni la fermentación, ni la pasión que le ponen los reposteros y panaderos madrileños que en estas fechas, literalmente, pierden el sueño para cumplir con todos los pedidos. Clásicos, alternativos, modernos, sin gluten y casi surrealistas. Estos son (algunos de) los mejores roscones de Madrid.
En el ránking de los mejores roscones, el de la Antigua Pastelería del Pozo siempre ocupa los primeros puestos. Es muy esponjoso y su aroma a agua de azahar natural traspasa las paredes de este mítico local. No lleva más decoración que almendra molida y azúcar. La fruta escarchada aquí no encuentra su sitio. En su receta estrella se incluye la harina de fuerza, azúcar, almendra, ron y agua de azahar. Al frente del equipo de trabajo está Ángel Villaamil entregado a la tarea para que nadie se quede sin su roscón.
El Horno de San Onofre elabora los roscones de Reyes de manera tradicional. Sus ingredientes son de primera calidad y además apuesta por lo natural, empleando trigo no transgénico. En su interior esconden una figurita y un haba que se reparten la buena suerte o un año de poca bonanza, según lo que encuentres. Además del clásico, con fruta escarchada, almendra y azúcar, puedes elegir relleno de avellanas, crema tostada, nata con vino de Málaga y pasas, trufa o cabello de ángel.
El roscón que prepara Ricardo Vélez en Moulin Chocolat es sobresaliente, con una masa fina y elástica y pura sencillez. En la superficie solo azúcar y almendra picada. Sin frutas ni rellenos. En su interior, un haba, como manda la tradición. El agua de azahar destilada le llega de Sevilla, de la firma Luca de Tena. En la misma línea hacen sus roscones en Pomme Sucre, con masa de brioche fino esponjoso y sin relleno de ningún tipo, con el grosor perfecto para mojarlo en chocolate. Preparan una versión de hojaldre.
A punto ha estado Madrid de quedarse sin una de sus pastelerías más antiguas y queridas. Con la jubilación de Luis Santamaría, último pastelero y propietario de La Duquesita (en Fernando VI, 2) se acababa el relevo al frente del obrador, después de tres generaciones dedicadas a endulzarnos la vida. Además, en esta pastelería el roscón de Reyes tenía tal fama que se elaboraba durante todo el año. Después de unos meses de cierre, el genial chocolatero Oriol Balaguer ha decidido recuperar este mítico local y conservar su nombre y las buenas costumbres reposteras. Ya están saliendo del horno sus primeros roscones, desde el día 30 de diciembre que reabrió sus puertas. Empieza una nueva vida para una pastelería de siempre, llena de historias de la familia Santamaría desde su fundación en 1914, con una bollería de primera calidad y dulces únicos como los soconuscos, de chocolate, bartolillos y naranjines (cortezas de naranja bañadas en chocolate).
Fiel a la repostería tradicional y a la continua búsqueda de sabores para sorprender al cliente, Alejandro Montes le ha dado una vuelta a los roscones de Mamá Framboise y coloca el de frambuesa, cómo no, entre los más pedidos. Puedes elegir entre cuatro sabores: clásico, de chocolate, de frambuesa o Apricot, va relleno de chantillí de azúcar de caña, crumble de almendra y pasta de frutas de albaricoque. Solo se hacen por encargo, pero hay una versión mini (3 €) siempre lista para probar con un chocolate caliente o un café.
Fonty tiene su pastelería obrador muy cerca del Retiro. Marie Valdez, pastelera checa formada en París, recrea en Navidad un postre tradicional francés como es la galette des Rois, el pastel galo que se prepara desde el siglo XIV para festejar la llegada de los Reyes Magos y que también esconde una figurita: quien la encuentre será rey o reina por un día. Esta tarta es de hojaldre y se rellena de crema ‘frangipane’, una crema pastelera que incluye crema de almendra con ron. Se espolvorea con azúcar glass que queda crujiente tras hornearlo.
José Fernández, maestro pastelero al frente de Nunos, lo ha vuelto a hacer. Cada año sorprende y agrada con sus versiones más increíbles de los dulces clásicos, incluido el roscón de Reyes. Esta vez ha creado cuatro elaboraciones especiales, roscones bañados en chocolate, del blanco al negro intenso, que están inspirados en los tres Reyes Magos de Oriente. El cuarto está dedicado a los camellos y lleva una cobertura de galletas de distintos tipos. Otro de los más solicitados, que repite diseño, y que queda como extra este año, además de los tradicionales, es el roscón invertido al ron Zacapa.
Por primer año, la pastelería líder en productos sin gluten en Madrid, Celicioso, ha creado su roscón. Gran noticia. Y además todos los ingredientes que llevan son aptos para veganos. Los hay tradicionales, adornados con frutas escarchadas, y también rellenos de nata, trufa y dulce de leche. Celikatessen también se ha metido en harina sin gluten para ofrecer roscones para celíacos y con productos ecológicos, que están buenísimos.