Hace seis años el Teatro Circo Price acogió el estreno mundial de Urban, el primer espectáculo que la compañía de Cali mostraba fuera de Colombia. Su nueva propuesta se titula Acelere y llega a Madrid después de presentarse en la Roundhouse de Londres.

En sus casi diez años de trayectoria, el Price ha demostrado que el circo es una de las manifestaciones más elevadas de las artes escénicas. No sólo porque muchos de sus intérpretes sobrevuelen nuestras cabezas durante gran parte de la función, sino también porque es capaz de ponernos la piel de gallino en un solo segundo. Un buen ejemplo es sin duda Circolombia, nacida en 2006 para dar una salida profesional a los artistas formados en la escuela de Cali Circo Para Todos, un proyecto ideado por Felicity Simpson y Héctor Fabio Cobo para entrenar a acróbatas en riesgo de exclusión social. Desde entonces no han parado de cosechar éxitos allá por donde han pasado, Nueva York, Sydney, Buenos Aires o Budapest, y se ha convertido en una seña de identidad de la ciudad colombiana, lo que viene a confirmarnos que el circo es una magnífica forma de expresión. A ritmo del merengue, rap y electrocumbia, sus artistas representan la pluralidad cultural y social del país americano.

Acelere es un espectáculo para todos los públicos que emociona de la forma más sencilla e inmediata. La prueba es que desde el comienzo arranca los aplausos del público con números asombrosos: cuerda volante, straps o báscula coreana, entrelazados con una coreografía que lo enmarca todo. Podría decirse que Circolombia, lejos de cualquier amaneramiento, representa el circo en estado puro: la verdad frente al teatro. Porque si algo caracteriza a lo que podemos ver en la pista es que todo sucede realmente, tal cual lo vemos, sin efectos especiales. Al salir, después de pasarme una hora con la boca abierta, estaba convencido de haber visto algo irrepetible y vivo. Una verdadera dosis de realidad llena de belleza. Estará en el Teatro Circo Price hasta el 10 de abril.

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