Salir del trabajo y tomarte un respiro, o lo que es lo mismo, un buen cóctel, una cerveza, un vino o un vermut con algo rico para comer. Eso es practicar el afterwork. Apunta estas direcciones para acabar el día como te mereces.
Barbara Ann te va a encantar. Por la música de fondo, con el mejor rock and roll y pop de todos los tiempos (y no es una cuña de radio), por su decoración y distintos ambientes, por su cocina chispeante y rica (deliciosos los baos de rabo de toro, los tacos, las pizzetas y el sashimi de salmón con helado de wasabi y alga wakame) pero, sobre todo, por los fabulosos cócteles que prepara Bryan Norman. Este nuevo local del barrio de Las Salesas, en la calle Santa Teresa, 8, invita a disfrutar de la tarde y de la noche (abre hasta las 3 de la madrugada). El nombre del local es el título de la mítica canción de los Beach Boys, alegre y pegadiza, y que invita a bailar. Algo que sucede a partir de las 12, cuando las luces se bajan y aparece el rostro más divertido y molón de Barbara Ann reflejado en el neón del fondo que reza: Let’s dance!
La decoración crea toda la magia del lugar. Su espacio está dividido en dos alturas y zonas, una barra amplia con sillas altas para un picoteo rápido y distendido, una zona de mesas bajas con un largo sofá chester de terciopelo sobre el que cuelgan las fotos de grandes estrellas del rock y el pop, como David Bowie, y otra barra donde ofrece su espectáculo particular el equipo de coctelería. Déjate llevar por las recomendaciones de Bryan y prueba el Queen, el cóctel de la casa, el Tiki, su preferido, que te llevará de un plumazo a los mares del Sur, o alguna de sus nuevas creaciones… de campeonato.
En Only You Boutique Hotel Madrid (Barquillo, 21) vas a poder elegir el ambiente y estilo para el afterwork que más te apetezca. El lugar no puede ser más atractivo. Está emplazado en un antiguo palacete del siglo XIX, con un interiorismo creado por Lázaro Rosa Violán, con miles de detalles y estilos diferentes. Uno de los más originales es El Padrino, la antigua librería del barrio, Padrino, que ocupaba la planta baja y de la que se ha conservado la fachada, el letrero original y algunas estanterías con libros.
Ahora es un gastrobar muy tabernario, con los mejores ibéricos, quesos, vinos, cervezas artesanas y conservas para hacer un tapeo muy castizo. Pero si quieres probar algo distinto, los martes se monta un afterwork al más puro estilo italiano en la recién estrenada coctelería con acceso directo la calle Augusto Figueroa, es el dolce martedi (de 19 a 22 h), con un mini bufé con mortadela boloñesa, grissini, tortilla trufada, salami di Milan, vermuts y Aperol Spritz: una parte de Aperol, dos de cava, media luna de naranja y rocas de hielo.
Puerta de Alcalá acaba de abrir sus puertas hace unas semanas y está, literalmente, frente a uno de los monumentos más madrileños, con vistas a la emblemática Puerta de Alcalá, al parque de El Retiro y con el ajetreo constante de Madrid que puede vivirse desde la terraza (con sombrillas y calefactores para aprovechar cualquier tiempo), en un lugar privilegiado. Abre del desayuno a la cena y con todas las consumiciones te ofrecen una tapa según el momento: camarón gallego o boquerones en verano; tapas de guiso de cuchara en invierno. Tiene una sala para 50 comensales, un salón privado abajo, y junto a la barra del bar, una barra para tapear con un madroño en medio. De la cocina se encarga Rafael Vaquero y para el momento afterwork vas a poder probar bocados muy sugerentes como su pizza de pulpo, las croquetas de rabo de toro o el carpaccio y hamburguesas de carne de La Finca y guarnición de patatas gallegas y pimientos de Padrón o Gernika.
Por la tarde, la barra es el lugar más solicitado para el afterwork, con una carta de vinos muy escogida en la que se ofrecen algunas joyitas por copas, también de champagne, pero lo ideal es contarle a Alberto Rodríguez cuáles son tus preferencias y dejar que te sorprenda con una de sus creaciones en coctelería (10 €, 12 € y 15 €). El Cosmopolitan Alcalá, con un toque de violeta, el Pasión de Alcalá, con vodka y fruta de la pasión adornado con pétalos de flores comestibles, o el Green Velvet, un trago largo de ginebra con un punto healthy, con frutas como kiwi, manzana verde y pepino. Tiene una buena selección de Bourbon y rones y si quieres probar algo distinto y 100% madrileño, pregunta por la ginebra Monti, made in Madrid.
Otro reciente estreno en el barrio de Salamanca es Hermosos y Malditos, dando vida al lobby del Hotel Totem (Hermosilla, 23). La parte “hermosa” es la de su restaurante y de la “maldita” se ha apoderado la barra de cócteles y los sillones tan confortables donde descansar y disfrutar de una buena copa acompañado de distintos snaks. Detrás de esa barra maldita está Fran Camino, que ha dejado volar su imaginación para ofrecer una carta llena de cócteles de creación propia que conviven con los más clásicos -Manhattan, Cosmopolitan, Gimlets- y todos a un precio único de 10 €. Cuando cae la tarde se crea un ambiente que invita a vivir la noche, con un programa de DJs que irá recogiendo grandes nombres del circuito actual.
Si te gusta el queso, si de verdad eres un cheese lover, este plan afterwork es para ti. Tablafina está en el Hotel NH Madrid Nacional, a un paso de la estación de Atocha, en el Paseo del Prado. Y dentro vas a encontrar una de las mejores selecciones queseras de Madrid, hecha por el genial Abel Valverde, jefe de sala y experto quesero en el restaurante Santceloni (dos estrellas Michelin) y asesor de otros hoteles de la cadena.
El plan es probar una tabla, con siete variedades (algunas piezas llegadas de subastas), acompañada de los vinos y cervezas también muy especiales, escogidos por David Robledo, sumiller de Santceloni. Verás que tras la barra cuelgan unos buenos embutidos, vas a encontrar conservas de gran calidad y entre sus propuestas de picoteo y tapas elaboradas, te recomiendo probar el original bocatín de calamares.
Otro plan irresistible es quedar para conocer los nuevos cócteles del maestro coctelero Javier de las Muelas en el Dry Martini Bar, dentro del Hotel Gran Meliá Fénix (Hermosilla, 2), junto a la plaza de Colón. Puedes elegir entre los cuatro ambientes: el Coffe Corner, el Bar, el salón Cuatro Estaciones y la Terraza. La barra del Bar es impresionante: diez metros para servir los cócteles más clásicos (tienes que probar el auténtico Dry Martini de De las Muelas que se contabiliza en un marcador electrónico) o las últimas creaciones. Para el otoño, acaba de lanzar una colección de cinco combinaciones inspiradas en los aromas de temporadas como la calabaza, las castañas, la miel, las trufas, los frutos rojos y flores comestibles. Dos de ellos, Otoñal y Rainy Days tiene su versión sin alcohol.