La muerte de Jacinto, c. 1752 – 1753. Giambattista Tiepolo. © Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid

Probablemente dentro de un mes el centro de la ciudad esté  llenó hasta la bandera, pero hasta la bandera del arcoíris, emblema del colectivo LGTB. Se espera que alrededor de tres millones de visitantes lleguen a Madrid para celebrar el World Gay Pride, una fiesta multitudinaria que reivindica un amor libre de etiquetas. El Museo Thyssen-Bornemisza, dado su compromiso con la diversidad, ofrece a partir de ahora una audioguía en español e inglés que propone un recorrido en clave queer por su colección. Por cuatro euros más puede adquirirse a la vez que la entrada del museo.

Desde que Oscar Wilde convirtiera la figura desnuda de San Sebastián en uno de los iconos más populares del imaginario gay, cualquier visita LGTB a un museo incluye siempre al santo que fue martirizado por negarse a renunciar al cristianismo. En la colección Thyssen-Bornemisza se conservan varios, pero el que esculpió Bernini, con tan sólo 17 años, es sin duda el más hermoso. El abandono de la figura, que parece haber sustituido el dolor por el placer, y su posición dinámica, en cualquier momento se desplomará a los pies del espectador, hacen de esta pieza una parada ineludible. En la misma sala se encuentran dos obras que también forman parte del itinerario: Santa Catalina de Caravaggio, artista que fue acusado de mantener relaciones homosexuales, y Lot y sus hijas, una obra del taller de Orazio Gentileschi que muestra en la lejanía la ciudad en llamas de Sodoma, condenada por Dios a causa de la lujuria de sus habitantes. Una visita rápida al museo da buena prueba de la homofobia que durante siglos imperaba en nuestra cultura. Sorprende, precisamente por su valentía, el cuadro de La muerte de Jacinto pintado por Giambattista Tíepolo para el barón Wilhelm Friedrich Schaumburg-Lippe como un homenaje a su amante, un músico español con el que se encontraba en Venecia y que había fallecido recientemente. Se cuenta que solían jugar al tenis, un deporte que surge a finales del siglo XVIII, y que por eso aparece una raqueta en el ángulo inferior derecho. En Las metamorfosis Ovidio nos explica cómo murió Jacinto al ser golpeado accidentalmente por un disco que lanzó Apolo, enamorado de él hasta la locura.

San Sebastián, c. 1617. Bernini. (Propiedad de Georg Heinrich Thyssen-Bornemisza). Lot y sus hijas, c.1621-1623. Taller de Orazio Gentileschi.© Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid

Pero la llegada de la modernidad supuso también la aceptación de nuevas formas de amor. La pianista polaca Misia Godebska tuvo varios maridos, entre otros el pintor español Josep María-Sert, que a los pocos años de casarse con ella se enamoró de la escultora Isabelle Roussadana Mdivani. Sin embargo Misia tenía una idea tan libre de las relaciones que decidió aceptar un civilizado menage a trois. El retrato que le hizo Pierre Bonnard se conserva en las salas que el Museo Thyssen-Bornemisza dedica a la pintura postimpresionista, muy cerca de un dibujo de Kees van  Dongen dedicado a Kiki de Montparnasse, la mítica modelo andrógina del París de la década de 1920, y a otro de Pablo Picasso que perteneció a la escritora Gertrude Stein. Por esos mismos años Stein vivió en París con su novia, Alice B. Toklas, conocida en los ambientes de la vanguardia por sus extraordinarias dotes para la cocina.

En las últimas salas del museo las relaciones homosexuales se hacen mucho más explícitas. Junto al retrato que Francis Bacon hizo de su amante, el peligroso George Dyer – y digo peligroso porque según cuenta la leyenda Francis conoció a George una noche que éste asaltó su casa para robarle –, destaca una obra de Ronald B.Kitaj en la que se presenta a dos poetas comprometidos con las libertades individuales, Una visita a Londres (Robert Creeley y Robert Duncan). Robert Duncan había escrito un importante ensayo a favor de los derechos de los homosexuales en 1944, varias décadas antes de las primeras manifestaciones que surgieron a raíz de los Disturbios de Stonewall de 1969 y que son el origen del World Gay Pride que celebramos en junio.

Una visita a Londres, 1977 © R.B. Kitaj, cortesía de Marlborough Gallery, Nueva York. George Dyer, 
1968. © The Estate of Francis Bacon, VEGAP, Madrid. En memoria de Cecchino Bracci, 1962 ©David Hockney

Finalmente el recorrido se detiene delante de un cuadro de David Hockney, pintor abiertamente gay que abandonó Inglaterra en busca de ambientes más tolerantes con su orientación, puesto que en Reino Unido la homosexualidad fue considerada un delito hasta 1967. Se trata de En memoria de Cecchino Bracci, el hermoso joven al que Miguel Ángel Buonarroti  dedicó el siguiente epitafio, estampado en el último lienzo que vamos a ver: “Así enterrados aquí aquellos bellos ojos están cerrados / para siempre. Éste es ahora mi réquiem: / Estaban vivos y nadie reparaba en ellos / Ahora todos los lloran muertos y perdidos”.

Esta audioguía que nos presenta el Museo Thyssen-Bornemisza en español e inglés no sólo reivindica la memoria de los amores diversos, también es un extraordinario ejercicio de erudición, una maravillosa forma de ver su colección permanente desde una perspectiva LGTB.

El Sueño, c. 1905. Auguste Rodin. ©Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza

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