Justo ahora que comienza la Feria del Libro en el parque de El Retiro conviene recordar la importancia de la ciudad de Madrid en la literatura universal. Muchos son los libros en los que aparece como un personaje más. Ahí están las obras de Benito Pérez Galdós, Valle-Inclán, Hemingway… También la ciudad tiene impronta literaria, fácil de reconocer en lugares como la plaza de España, con su monumento a Cervantes, o la de Santa Ana, donde comparten espacio las esculturas de Federico García Lorca y Calderón de la Barca. En Madrid también hay museos literarios. ¡Aprovechamos la feria para visitarlos!
Para llegar a la que fuera morada del Fénix de los Ingenios hay que adentrarse en el Barrio de las Letras, en el que vivieron, en sus tiempos, los grandes maestros del Siglo de Oro, como Cervantes, Quevedo o el propio Lope. En esta casa, situada en la calle que lleva el nombre del autor del Quijote, eterno enemigo, vivió el escritor los últimos 25 años de su vida. Las visitas son siempre guiadas y gratuitas, aunque hay que inscribirse con antelación (en el teléfono 914 29 92 16 o mediante correo electrónico). En ella es posible ver su estudio -donde escribió sus obras de madurez, como El perro del hortelano, El caballero de Olmedo o La dama boba-, el oratorio, el comedor, su alcoba, la cocina… y su hüertecillo, en el que le gustaba pasar muchas horas.
La Casa Museo de Lope organiza numerosas actividades. Entre ellas, la ruta teatralizada Letras y espadas, todos los domingos, hasta el 24 de junio, a las 11:00 y 13:00 h (atención, también hay que inscribirse en la web con antelación). La ruta es un paseo por el barrio de la mano de escritores, pero también de personajes, entre los que se incluye el mismísimo capitán Alatriste.
MUSEO DE LA BIBLIOTECA NACIONAL
En un majestuoso edificio mandado construir en el siglo XIX por la reina Isabel II, abre sus puertas la Biblioteca Nacional, encargada del depósito del patrimonio bibliográfico y documental de España. En su interior hay un museo, con gran variedad de recursos audiovisuales para narrar de forma amena el ayer y hoy de la institución. Cuenta con varias salas, entre ellas la de la Escritura y sus soportes, la de las Musas, donde se encuentran las piezas de mayor valor, que cambian cada tres meses, la de la Memoria del Saber, en la que se repasa la historia del conocimiento, desde la aparición de códices hasta Internet, y el Aula Quijote, sobre la obra cervantina.
IMPRENTA MUNICIPAL-ARTES DEL LIBRO
Todo un recorrido por la historia de las artes gráficas, con más de 3.000 piezas realmente sorprendentes, entre las que destacan la reproducción exacta de una prensa de imprimir del siglo XVI, un tórculo de 1789 o una máquina tipográfica Planeta de 1930. Su objetivo es cuidar de un bien tan necesario como es la impresión artesana, de ahí que una de sus salas esté dedicada a la encuadernación de libros.
No está dedicado por entero a la literatura, pero ¿hay algo más literario que el movimiento romántico? El museo se encuentra ubicado en un antiguo palacio, que reproduce en sus salas los ambientes y el estilo de vida de la burguesía adinerada del siglo XIX. Paseando por el Salón de Baile, el Comedor o las salas privadas de los señores de la casa, el visitante puede conocer aquí a los principales protagonistas del Romanticismo en España, entre ellos, el escritor y periodista Mariano José de Larra, del que se conservan una levita, la camisa que llevaba puesta el día de su muerte y dos pistolas cachorrillo, una de las cuales supuestamente empleó para suicidarse. Precisamente es Sátira del suicidio romántico, de Leonardo Alenza, uno de los cuadros que se pueden contemplar en el museo, condiderada la obra que mejor refleja la idea de la época romántica, aproximándose directamente a la tragedia, el drama y todo lo terrible.
El palacio de parque Florido en el que se ubica el museo perteneció a José Lázaro Galdiano, que, además de coleccionista, fue editor de La España Moderna. A finales del siglo XIX publicó textos de Pardo Bazán, Unamuno, Galdós y también de Dostoyevsky, Tolstói o Flaubert, en algunas ocasiones traducidos por primera vez al castellano. En su casa se pueden contemplar hoy joyas, armas, cuadros, mobiliario y libros que fue adquiriendo a lo largo de su vida. La Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano atesora obras excepcionales como libros de horas, varias miniaturas persas y mogolas o un manuscrito de El Buscón de Quevedo del siglo XVII. Entre los documentos más singulares que conserva destacan las cartas de Lope de Vega y de Francisco de Goya. Debido a que la fragilidad del papel impide su exposición permanente, se organizan exposiciones periódicas para mostrar sus fondos. Entre sus cuadros, nos quedamos con el retrato que Federico Madrazo hizo a Gertrudis Gómez de Avellaneda, escritora y poeta romántica.
Y para terminar… ¿qué tal un cóctel en el Museo Chicote? Si se llama así es porque su fundador, Perico Chicote, llegó a tener una colección con más de 25.000 botellas con licores de todo el mundo, que guardaba en el sótano, al que se podía acceder, gratis, bajo petición expresa. Por la barra del que fuera el barman más famoso del mundo pasó todo Hollywood: Ava Gardner, Sofía Loren, Orson Wells, Laurence Olivier… y sí, por si alguien lo dudaba, Hemingway también estuvo aquí, desde donde escribía sus crónicas de la guerra. Hubo otros muchos escritores que amaron este lugar, como Miguel Mihura, que dijo: “he nacido en Madrid porque era lo que más cerca quedaba de Chicote”.