El cuadro de nunca acabar
Categoría: Arte y Cultura
23 abril 2018
Traje blanco, mantón rosado como nube de otoño, ojos pardos, rizos rubios y boquita de piñón. Así es Madrid, o al menos así es la alegoría de la ciudad que pintó Francisco de Goya por encargo del Consejo de la Villa en 1810.