El Madrid de las escritoras (III)

Categoría: Arte y Cultura 4 abril 2019

La escritoras Josefina Aldecoa, Carmen Martín Gaite y Ana María Matute.

Si el día 8 de marzo escribí en este mismo blog sobre las escritoras que vivieron en nuestra ciudad entre los siglos XVII y XIX y hace un par de semanas sobre las más representativas de la llamada Edad de Plata. La entrega de hoy se centra en las autoras de los años cuarenta, cincuenta y sesenta. Son ya tantas, que he hecho una breve selección en la que solo incluyo a algunas de las más conocidas.

Tal vez deberíamos empezar por Carmen Conde, a la que suele vincularse tanto a la Generación del 27 como a la del 36, y que fue la primera mujer en ser elegida miembro de la Real Academia Española en 1978. Su trayectoria literaria, sin embargo, había comenzado mucho tiempo atrás, cuando en la década de los años 30 publicó los poemarios Brocal y Júbilos, con una gran acogida por parte de la crítica. En aquellos años funda junto a su esposo, Antonio Oliver Belmás, la Universidad Popular de Cartagena. El proyecto que se vería frustrado tras el final de la II República Española. Después de la Guerra Civil se separa de su marido y vive junto a Amanda Junquera primero en El Escorial y más tarde en la planta de arriba de la legendaria casa de Vicente Aleixandre en la calle Velintonia, lugar de encuentro de varias hornadas de poetas. Es en estos años cuando publicó uno de sus libros más importante, Mujer sin Edén, y cuando comienza a colaborar con Radio Nacional y el CSIC. Carmen Conde fue traductora, ensayista, dramaturga y una intelectual comprometida con la reivindicación de las mujeres que escriben. Además, Antonio Oliver Belmás y ella hicieron posible que Francisca Sánchez, última compañera de Rubén Darío, cediera el archivo del poeta a la Universidad Complutense de Madrid.

Carmen Conde en la Real Academia Española.

Mucho más conocida para el gran público es Gloria Fuertes, poeta vinculada a la Generación del 50 que llevó a gala y con orgullo haber nacido en el popular barrio de Lavapiés. El éxito extraordinario de sus libros infantiles –mi generación creció cantando sus poemas–, y sus frecuentes apariciones en TVE, especialmente en el programa “Un globo, dos globos, tres globos”, hicieron que pasase desapercibida buena parte de su excelente producción literaria, en la que sobresalen el sentido social y una alegre experimentación. Formó parte del movimiento postista de Carlos Edmundo de Ory, fomentó junto a Adelaida Las Santos y María Dolores de Pablos el grupo Versos con faldas, que daba recitales en bares y cafés, e impartió clases de literatura española en la Universidad de Bucknell en Pensilvania, tras estudiar bibliteconomía en el Instituto internacional de Madrid. Solía frecuentar la Taberna Antonio Sánchez en la calle Mesón de Paredes, pero podríamos decir que para Fuertes toda la ciudad y su entorno son un poema en el que aparecen nuestras calles, nuestro zoo, nuestras palomas o nuestra sierra.

Las escritoras Carmen Laforet y Carmen Martín Gaite, ambas nacidas en los años veinte, fueron dos de las más importantes renovadoras de la narrativa española tras la Guerra Civil. Carmen Laforet alcanzó muy joven el reconocimiento de la crítica con su primera novela, ganadora del Premio Nadal de 1945. En Nada describe el ambiente asfixiante de una estudiante universitaria en Barcelona, ciudad que tanto el personaje como la autora terminan abandonando para instalarse en Madrid. Tras un viaje a los EE.UU en 1961 conoció al escritor Ramón J. Sender, con quien mantuvo una interesantísima correspondencia en la que ambos expresaban un profundo sentimiento de soledad y una fe muy particular en Dios. Laforet tenía una compleja relación con la popularidad y no solía asistir a eventos públicos.

Carmen Martín Gaite creció en Salamanca, ciudad en la que comenzó sus estudios universitarios y que retrata con enorme crudeza en su novela Entre visillos. Después de una breve estancia Cannes, se instaló en Madrid para iniciar un doctorado en literatura medieval española que no llegó a terminar nunca. Es en nuestra ciudad, sin embargo, donde conoció a un grupo de escritores que la animaron a escribir y entre los que se encontraban su futuro marido, Rafael Sánchez Ferlosio, autor de la fundamental El Jarama. Martín Gaite residió durante el resto de su vida muy cerca de El Retiro. Allí era frecuente encontrarla paseando, aunque tenía la costumbre de pasar largas temporadas en su casa familiar en la sierra de Madrid, Los Prados, en el Boalo. Ganó los Premios Café Gijón, Nadal y Príncipe de Asturias de las Letras.

Son muchos los nombres que por falta de espacio no podemos incluir en este humilde artículo sobre el Madrid de las escritoras. Ahora es el lector quien debe seguir explorando esta ciudad rebosante de literatura.

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