¿Con o sin nata? Esta es una de las frases que más repiten los madrileños al llegar estas fechas. Aunque quizás, como los tiempos cambian tan rápido, habría que añadir: ¿Con trufa, fresa, chocolate?
Pasada ya la Nochevieja y con ella los polvorones y el turrón el auténtico protagonista en los escaparates de las pastelerías es el Roscón de Reyes, que, si somos estrictos con la tradición, hay que tomar el 6 de enero. Pero, ¡tranquilos! Muchos obradores se dedican a él con total devoción durante todo el mes, y otros incluso durante el resto del año. Según algunos historiadores los orígenes de este riquísimo dulce se remontan a las saturnales romanas. En España, la referencia más antigua se sitúa en el siglo XIV, en el reino de Navarra, donde en el hoy tradicional bollo ya se introducía un haba. Al niño que la encontraba en su interior se le designaba rey de reyes por un día… En la época actual, si te toca, lo suyo es que pagues el roscón, mientras que si encuentras la figurita ¡la suerte está contigo!
La calidad de los ingredientes (harina, leche, mantequilla, azúcar, huevo, agua de azahar), la fermentación y la pasión que le ponen los reposteros madrileños que en estas fechas casi ni duermen por cumplir con los encargos marca en este siglo XXI la diferencia. El primer consejo a la hora de elegir roscón no es una obviedad: tiene que ser artesano. Clásicos en Madrid son los que preparan en la Antigua Pastelería del Pozo, muy esponjosos, con azúcar y almendra molida como única decoración, y los del Horno de San Onofre, con rellenos variados. El año pasado el premio al mejor roscón se lo llevó Moulin Chocolat, que adquiere su magnífico sabor y textura gracias a una fermentación lenta y al uso de agua de azahar natural destilada en Sevilla. Buenas opciones son también El Horno de Babette, más cerca del pan que del bollo, y Panadario, con masa de brioche poco aromatizado.
Este año los más golosos están de enhorabuena. ASEMPAS, Asociación de Empresarios Artesanos de Pastelerías de Madrid, ha diseñado una ruta especial en la que participan locales repartidos por diferentes puntos de la ciudad, todos con sello de calidad. Puedes encontrar el listado en su web (www.asempas.com)… y dejarte llevar. En ella figuran grandes clásicos como El Riojano, muy fieles al original de toda la vida, las pastelerías Mallorca, especialmente jugosos, las de Viena Capellanes, con su fruta escarchada por encima, La Mallorquina, tradicionales cien por cien, o Lhardy, que los prepara con mimo desde hace 180 años. Pero también hay otros muchos sitios que merece la pena descubrir, como Villagarcía, donde los hacen con y sin azúcar, La Oriental, especialista en productos sin gluten, el Adolfo Lazcano, siempre a punto, o Manacor, que los elabora con mantequilla, huevo fresco, almendra Marcona y piel de naranja natural. ¡Que lo disfrutes!