Domingos de cocido y siesta

Categoría: Comer y beber 9 marzo 2020

Para juzgar el realismo castizo de las novelas de Galdós, de cuya muerte se cumple este año el centenario, decía el ingenioso y excéntrico Valle-Inclán que el canario era un escritor “garbancero” y que su prosa olía mucho a cocido. Aunque sobre todo había sarcasmo y burla en esta valoración, yo no puedo sin embargo imaginar mayor halago que éste, dado que el plato tradicional madrileño es indiscutiblemente un manjar de dioses. Tan divino y celestial que después del mismo, lo único que se le puede comparar es una merecida siesta en compañía.

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