El cielo de Madrid está de moda

Terraza del Restaurante Paco Roncero.

¡Claro que sí! No hace falta poner un pie en el suelo para disfrutar de nuestra ciudad. En las alturas podemos encontrar multitud de planes según la hora que marque el reloj. Éste puede ser un día perfecto.

EL PRIMER CAFÉ

En la Plaza de España, 360º Roof Top Bar

A las once en punto de la mañana abre la que es una de las terrazas de moda en Madrid desde que fuera inaugurada hace ahora justo dos años. Está situada en la planta 27 del Hotel Riu Plaza España, situado en uno de los edificios más icónicos de nuestra ciudad, con 117 metros de altura. Si se llama 360º Roof Top Bar es, precisamente, por eso: porque tiene vistas 360º para contemplar absolutamente todo. En primer término, el Templo de Debod, la Casa de Campo, el Palacio Real, el edificio Telefónica y la Gran Vía. En segundo plano, el infinito. Cúpulas y tejados, zonas verdes…

360º Roof Top Bar

Aunque hasta aquí podemos venir a cualquier hora del día, la hora del primer café es perfecta. Hay menos gente y, tras contemplar la panorámica, uno siente que tiene energía suficiente para afrontar lo que venga. Cuenta con acceso directo desde la calle y un coste extra (5€ entre semana y 10€ sábados y domingos) para clientes no alojados. ¡Merece la pena! También, pasear por su espectacular pasarela de cristal. La Gran Vía queda justo debajo. Muy debajo.

MOMENTO BRUNCH

Brunch del Palacio Cibeles

Pero no nos vamos a engañar. Hace calor y apetece levantarse un poquito más tarde de lo habitual. Si ya no es hora de desayunar pero tampoco de comer habrá que decantarse por un brunch. Y eso es lo que ofrece (sábados y domingos, de 11:30 a 14h), la Terraza Cocktail Bar, ubicada en la sexta planta del Palacio de Cibeles, con las mejores vistas a la famosa fuente. Para empezar, un vasito de chía, coco, muesli y frutos rojos, a los que seguirán (a mesa puesta, mínimo dos personas) auténticas delicatessen: chocolate líquido especiado, brochetas de fruta, huevos benedictine, pan-cakes, migas manchegas… Toda una tentación.

¡QUEDAMOS EN LA PISCINA!

Piscina del Hotel Emperador

Tenemos una buena noticia: el Hotel Emperador, todo un clásico de la Gran Vía, vuelve a funcionar de nuevo. En la planta décima, su impresionante azotea, de más de mil metros cuadrados, alberga una sensacional piscina, de 2,80 metros de profundidad, que permite a los visitantes refrescarse del calor mientras contemplan el Palacio Real, el Teatro Real, la Catedral de la Almudena… y muchas de las esculturas que coronan las construcciones más cercanas. Con vistas panorámicas, este singular Beach Club (todos los días, de 10 a 21h) cuenta, además, con solárium, zona de chillout, camas balinesas y un snack-bar (desde 50€ uso de la piscina durante un día para clientes no alojados en el hotel).

Piscina del Hotel Santo Domingo

Muy cerca, en la Terraza del Hotel Santo Domingo, encontramos otra piscina que casi toca el cielo. Está reservada a los clientes del hotel, pero atención, no hace falta pernoctar para disfrutar de ella. El hotel acaba de lanzar la tarifa Day Use, que permite reservar, durante el día, una habitación doble y, de paso, darse un chapuzón de altura (de lunes a jueves, 60€, dos personas; domingos, 75€). Abierta al público general está la piscina de la Terraza de Óscar, en el hotel Room Mate Óscar, en el barrio de Chueca (25€ de lunes  viernes y 30€ los fines de semana).

ES LA HORA DE COMER

Dani Brasserie

El reloj marca ya las dos y tenemos apetito. Es el momento perfecto para descubrir una de las grandes novedades de la temporada, la terraza de Dani, en la azotea del recientemente inaugurado Four Seasons Hotel, en la plaza de Canalejas. Dos ambientes marcan la propuesta que ha preparado el chef Dani García. La zona que da a la calle Sevilla ofrece una carta de snacks (sándwich mixto en costra de parmesano havarti y láminas de jamón ibérico, sándwich de lomito ibérico de bellota con queso brie fundido, cangrejo Benedict en un croissant tostado, nuggets de pollo con foie gras y trufa negra…) con horario ininterrumpido a la que se puede acceder sin reserva previa.

Aguacate a la brasa con atún de Dani Brasserie

La zona central de la terraza y su lateral de la calle de Alcalá son una extensión de la brasserie con servicio de comida y cena previa reserva. Un rincón mágico para disfrutar de referencias imprescindibles del chef como su Tomate Nitro®, la tortilla de erizo o los carabineros crujientes.

¿MERENDAMOS?

El Jardín Secreto de Salvador Bachiller

Un oasis natural, repleto de vegetación, algo que se agradece a estas primeras horas de la tarde. Así es El Jardín Secreto de Salvador Bachiller, en la azotea del edificio que ocupa la famosa tienda de moda y complementos en la calle Montera. ¡Tendrás ganas de no salir de él! Sobre todo, si caes en la tentación de su irresistible Carta de Meriendas. Hay dónde elegir, desde Batidos Quitapenas, como el Oreo Mustache, de chocolate blanco con Oreo, hasta gofres con helado, tortitas, tostas de aguacate… y, por supuesto, café, pero para los muy golosos, que estos llevan dulce de leche y nueces o caramelo.

EL IMPRESCINDIBLE TARDEO

La Terraza del Florida Retiro

Y si además de tardear podemos disfrutar de la puesta de sol desde un lugar idílico, pues mucho mejor. Eso es lo que ofrece la Terraza del Florida Retiro, un multiespacio gastronómico en lo que en su día fue la mítica sala de fiestas Florida Park. Escondida entre las copas de los árboles, junto a la icónica cúpula del rey Fernando VII del propio edificio, esta azotea es uno de los rincones más privilegiados de la ciudad, dentro como está del propio parque. Para comer, buñuelos de queso de Madrid, croquetas, fritura de pescadito… todo acompañado de una amplia selección de vinos.

Terraza Sabatini (© Álvaro López del Cerro)

Sándwich de pastrami, gazpacho de frutos rojos, croquetas, tartar de salmón… Todas estas delicias forman parte del Drunch & Vermut que ofrece, de miércoles a domingo, a partir de las 16h, Zielou, en el ático de la Estación de Chamartín, en la zona norte de la ciudad. Un lugar magnífico para disfrutar del atardecer, como lo es también la Terraza Sabatini (abierta de jueves a domingo), donde las vistas al Palacio Real combinan a la perfección con un Aperol spritz.

UNA CENA DE ALTURA

Terraza del Restaurante Paco Roncero

Chef multisensorial, vanguardista culinario, cazador de retos. Así es Paco Roncero, que dirige desde la última planta del Casino de Madrid un precioso restaurante, con dos estrellas Michelin, que lleva su nombre. La terraza es uno de los sitios más codiciados de la ciudad, el lugar perfecto para una cena romántica con vistas a algunos de los edificios más representativos de la zona centro.

Sardina romescu, del Restaurante Paco Roncero

Su Menú Reivindicación resume toda la personalidad del cocinero madrileño, con platos como la tarta aérea de trufa negra, sardina crujiente con romesco de ají amarillo o cremoso de almendra tierna y caviar con quisquillas y granizado de melón. Imprescindible: reservar con tiempo.

LA COPA FINAL

Le Tavernier

Son muchas las azoteas donde podemos disfrutar de un cóctel ya entrada la noche. Un clásico es la Azotea del Círculo de Bellas Artes, con una carta en la que no faltan mojitos y caipirinhas. Fue el primero de los roofs tops de Madrid. Tras él llegaron lugares hoy fudamentales, como el Picalagartos Sky Bar, con una carta de cócteles firmada por Luca Anastasio en la que es muy difícil elegir (Cosmopolite, Frida’s Elixir, Señorita Margarita…) o el Gingko Sky Bar, en la plaza de España, con sus cócteles siglo XXI con nombres tan sugerentes como Jardín del Edén o Mañana en la batalla piensa en mí. Las últimas terrazas de altura en llegar han sido Le Tavernier, en el Hotel Innside by Meliá Madrid Gran Vía, con unos aires muy marineros, y el Roof Top Bar, con tres alturas, vistas 360º y unos estupendos Mocktails (Hawaiian Sunset, Passion Breeze…), del recién inaugurado Pestana R7 Gran Vía Madrid, el hotel de Cristiano Ronaldo.

El Jardín de Diana

En la misma calle, la animada Gran Vía, toda una sorpresa: El Jardín de Diana, en la azotea del Hotel Hyatt Centric Gran Vía, que se llama así en honor a la escultura de Diana Cazadora, la diosa romana que corona el edificio. A sus pies podemos disfrutar de 17 propuestas de cocina líquida, desde una colada merengada hasta una palometa o un fresh pepino. Con la Puerta del Sol dominando el horizonte Doña Luz tiene la carta más exótica. ¿Qué tal un Doña Luz Sour? Es un pisco para los amantes de la fruta de la pasión, rico y ácido y muy bien balanceado. El colofón perfecto a un día de viaje por el cielo de Madrid.