Noche de Reyes. José Alberto Puertas.

Coinciden estos días, en los escenarios de Madrid, varios clásicos universales. Obras de Lope, Shakespeare o Bermúdez -desconocido para el gran público- entre otros. A continuación, nos pasamos por el Teatro de la Comedia, La Abadía y las Naves del Español como si asistiéramos a un improvisado festival que nos descubriese algunos títulos del (inagotable) Siglo de Oro.

LO FINGIDO VERDADERO
Teatro de la Comedia
Del 1 de febrero al 27 de marzo

Aunque ha sido pocas veces llevada a escena, Lo fingido verdadero es para los especialistas uno de las mejores obras de Lope de Vega que, junto a Hamlet de Shakespeare y El Impromptu de Versalles de Molière, formaría parte de la magnífica triada de clásicos que hablan del teatro dentro del teatro. Por primera vez y bajo la dirección de Lluis Homar, la Compañía Nacional de Teatro Clásico monta este texto en la que el Fénix de los Ingenios contó la historia de San Ginés, patrón de los comediantes quien tuvo, mientras ensayaba, una revelación religiosa.

Lo fingido verdadero. Sergio Parra.

A modo de tríptico, la función se divide en tres jornadas con tonos muy diferentes. La primera es un cuadro de historia que narra la llegada al poder del emperador Diocleciano, perseguidor de los cristianos en la antigua Roma. La segunda es una comedia de capa y espada en la que Ginés, enamorado de una de las actrices de la compañía, trata de conquistarla a través de sus versos. La última es un drama religioso en el que el santo descubre cómo lo fingido se hace verdadero; cómo el arte se hace realidad. Lope de Vega escribió esta obra a la vez que El arte nuevo de hacer comedias, la poética en la que defiende un teatro que empatice con los espectadores a través de la emoción y la verdad. En un momento de la obra Ginés dice que no se puede representar a un enamorado si no se siente el amor y lo mismo le acaba sucediendo con el mártir y el martirio… así que ya se sabe cómo acaba la cosa. Pero lo más interesante de Lo fingido verdadero es todo lo que pasa mientras tanto. Las tres jornadas son casi tres obras independientes, un resumen del mejor teatro del Siglo de Oro.

Lo fingido verdadero. Sergio Parra.

Lo fingido verdadero es probablemente la primera obra que se cuela entre las bambalinas del teatro para mostrarnos las peripecias de una compañía de teatro. Hay momentos en los que de verdad creemos que estamos junto a ellos, cuando buscan el amparo de los soberanos o el aplauso del público, y también cuando se equivocan y sueñan. Se trata de un subgénero con una larguísima tradición sobre las tablas, en la literatura y en la gran pantalla: de los Seis personajes en busca de un autor de Pirandello a ¡Qué desastre de función! (Por delante y por detrás) de Michael Frayn, de El viaje a ninguna parte de Fernando Fernán Gómez a El último metro de François Truffaut. El reparto encabezado por Arturo Querejeta e Israel Elejalde -que hace verosímil algunos de los pasajes más difíciles de la función- está formado por actores y actrices de distintas generaciones que han pasado en algún momento por la compañía. Ellos son Silvia Acosta, María Besant, Montse Díez, Miguel Huertas, José Ramón Iglesias, Ignacio Jiménez, Álvaro de Juan, Jorge Merino, Aisa Pérez, Paco Pozo, Verónica Ronda, Aina Sánchez y Eva Trancón. Es sin duda lo mejor que veo en el Teatro de la Comedia desde que éste se encuentra bajo la dirección de Lluis Homar. Mientras tanto, en la sala Tirso de Molina, los más jóvenes de la compañía presentan hasta el 6 de marzo La gran Cenobia, de Calderón de la Barca, y en el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa se representa, bajo la dirección de Eduardo Vasco, Peribañez y el Comendador de Ocaña hasta el 27 de febrero.

Lo fingido verdadero. Sergio Parra.

NISE, LA TRAGEDIA DE INÉS DE CASTRO
Teatro de la Abadía
Del 1 al 13 de febrero

Lo más difícil del teatro es conseguir que éste refleje las preocupaciones del público de hoy. Han pasado tres años desde que Ana Zamora y su compañía Nao d’amores estrenaran Nise, la tragedia de Inés de Castro y más de cuatro siglos desde que Jerónimo Bermúdez compusiera los dos textos que se fusionan en este espectáculo, Nise lastimosa y Nise laureada. Sin embargo, la leyenda macabra de una reina que fue coronada ya sin vida, sigue ilustrando el eterno dilema entre el buen y el mal gobierno y el ejercicio arbitrario de la justicia; asuntos que están a diario en las portadas de los periódicos y que también preocupaban a este autor desconocido para el gran público, un dominico gallego, lusista y contrario a las políticas de Felipe II. ¿Acaso hay algo más actual?

Nise. La Tragedia de Inés de Castro. Ángela Bonadiés.

Sin renunciar al estudio filológico de los textos o de la música renacentista de Cristóbal de Morales, Esteban Daza o Diego Pisador -el contratenor José Hernández Pastor, la viola de gamba de Alba Fresno y los teclados de Isabel Zamora acompañan a los actores durante toda la acción-, la obra que puede verse en al Teatro de la Abadía tiene la frescura de la inocencia, de las primeras veces que se dicen las cosas. (Pongamos un ejemplo: el soneto V de Garcilaso de la Vega con el que muchos de nosotros descubrimos el amor en el bachillerato «Escrito está en mi alma vuestro gesto, / y cuanto yo escribir de vos deseo / vos sola lo escribisteis, yo lo leo / tan solo, que aun de vos me guardo en esto» y cuya versión cantada da comienzo cada noche a la función).

Nise. La Tragedia de Inés de Castro. Álvaro Serrano Sierra.

Bermúdez está muy lejos de ser un Lope o un Shakespeare, pero Ana Zamora logra una vez más -como ya hizo con el Misterio del Cristo de los gascones o el Auto de los Reyes Magos– que nos interesemos por las primeras manifestaciones del teatro en español y por los fenómenos parateatrales. Tanto el vestuario de Deborah Macías como el movimiento en escena, coreografiado por Javier García Ávila, parecen encontrar su inspiración en las fiestas de carnaval, en las mascaradas populares o en los ritos del Corpus, que un reparto integrado por José Luis Alcobendas, Natalia Huarte, Eduardo Mayo, Alejandro Saá y Marcos Toro hacen propio con absoluta naturalidad. Estoy convencido de que el montaje se recordará durante años y volverá a repetirse, porque supone un trabajo exquisito de recuperación y actualización de un repertorio que ha estado guardado en los baúles de monasterios y bibliotecas durante demasiado tiempo.

Nise. La Tragedia de Inés de Castro. Álvaro Serrano Sierra.

NOCHE DE REYES
Naves del Español
Del 20 de enero al 6 de marzo de 2022

Una de las definiciones de clásico es la de aquello que no pasa nunca de moda, que forma parte del canon, que siempre gusta. Otra podría ser sencillamente la de todo lo que se parece Shakespeare. En su tiempo, el bardo de Avon al igual que Lope de Vega, fue un transgresor atrevido que se salto las tres normas del teatro antiguo, es decir la unidad de tiempo, de acción y de espacio. Uno en Inglaterra y el otro en Castilla, los dos dramaturgos contaron historias tan trepidantes en sus comedias que, a ritmo de un montaje casi cinematográfico, todavía siguen divirtiéndonos.

Noche de Reyes. José Alberto Puertas.

Noche de Reyes comienza en plena acción (in media res), ni más ni menos que con un naufragio del que por suerte se ha salvado la joven Viola. Ésta llega a la isla de Iliria, donde decidirá hacerse pasar por varón -un argumento recurrente en el teatro del Siglo de Oro, evocado también en obras como Don Gil de las calzas verdes de Tirso de Molina- y así comienza una comedia de enredo, con situaciones que al público le resultarán familiares, y en la que las mejores partes son las de los tres bromistas y el bufón, borrachuzos y felices. Aunque este es uno de los títulos más frívolos de Shakespeare, el texto, que en esta ocasión ha sido adaptado por Álvaro Tato y Helena Pimenta, contiene verdades tan hermosas como que «el amor es una noche más luminosa que el sol». O la reflexión sobre el peligro de las palabras, adulteradas por los contratos comerciales. ¡Qué manera tan honda de referirse al poder de la poesía!

Noche de Reyes. José Alberto Puertas.

Helena Pimenta, que durante años estuvo al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirige el montaje que podemos ver estos días en las Naves del Español. En el reparto Haizea Baiges, Carmen Del Valle, José Tomé, Rafa Castejón, Patxi Pérez, Sacha Tomé, Victoria Salvador y David Soto Giganto. Este último en tal estado de gracia, que aunque sólo fuera por él, ya merecería la pena acercarse al teatro. El espacio escénico y el vestuario, a cargo de José Tomé y Mónica Teijeiro, me hacen pensar en las comedias de Fellini o Kusturica, o en las infinitas playas del Mediterráneo, donde todavía es posible encontrar unicornios y dejarse llevar por la fantasía.

Noche de Reyes. José Alberto Puertas.

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