Máquina de calcular de Leonardo Torres Quevedo.

Los días 21, 22 y 23 de octubre se celebra el festival MOM (Madrid Otra Mirada), que un año más abre al público las puertas de muchos edificios singulares de la ciudad. Aunque la nueva edición está dedicado al arquitecto Ricardo Velázquez-Bosco, esta vez me he acercado a conocer la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, un inmueble que suele pasar inadvertido en el barrio Malasaña y es obra del arquitecto Francisco Íñiguez Almech.

En el mismo solar de la calle Valverde números 22-24 estuvo primero la Real Academia Española, hasta que a finales del siglo XIX ésta se trasladó a su actual sede junto a la Iglesia de los Jerónimos. Fue entonces cuando ocupó su lugar la decana de las reales academias científicas, que hasta entonces había estado en el Palacio de los Lujanes en la Plaza de la Villa. En 1947, con motivo del primer centenario de su fundación, se inauguró el actual palacio. Pero la institución de la que hablo hunde sus raíces 400 años atrás. Considerada le legítima heredera de la Academia de Ciencias Matemáticas de Madrid, que creó Felipe II en 1580, presume de ser la más antigua de Europa. Tal vez por esto, aquí la pátina del tiempo es algo más espesa que en cualquier otro sitio. Nada más entrar, nos reciben en el vestíbulo sendos bustos de Santiago Ramón y Cajal y José Echegaray, los dos premios Nobel que han sido miembros de esta institución. El primero por sus investigaciones del sistema nervioso y el segundo por su obra literaria.

Salón de actos de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Esta academia ha contado entre sus miembros con matemáticos, biólogos y físicos, como cabría esperar por su adscripción, pero también con ingenieros, médicos y literatos. En el apodado “Salón de pasos” se conservan algunas reliquias de enorme valor. En una vitrina se exhibe, por ejemplo, el diploma del Nobel de José Echegaray, que muestra una vista de la ciudad de Toledo. Sobre la pared, justo enfrente de un cartón para tapiz del taller de Bayeu, hay un retrato de Mariano de la Paz Graells, catedrático de zoología, fundador junto a otros de la casa y primero en describir una mariposa de la Sierra de Guadarrama, que hoy lleva su nombre y el de la reina Isabel II: Graellsia isabelae. Y más curioso todavía es el pedazo de la máquina de calcular de Leonardo Torres Quevedo, precedente de los ordenadores modernos. En esta misma estancia se exhibirán durante los días del MOM una serie de documentos que recuerdan que hace cien años Albert Einstein visitó España y dio una ponencia en esta misma academia.

El antiguo Salón de Plenos está decorado con los retratos de sus presidentes, entre los que algunos tienen biografías cuanto menos curiosas. Mientras Antonio Ramón Zarco del Valle luce con todos los galones de general -también se rumoreó que fue amante de la reina Isabel II-, Leonardo Torres Quevedo posa con una mirada soñadora, acompañado, a su espalda, por el dirigible que el mismo creó. No podemos olvidar esta ha sido una casa de inventores. En el pasillo vemos un retrato de un jovencísimo Manuel Rico Sinobas, pionero del estudio de la meteorología que empezó a usar las isobaras.

Dedicatoria de Albert Einstein y retrato de Leonardo Torres Quevedo.

Antiguo Salón de Plenos.

En las vidrieras de la Casa de Maumejean que cubren los ventanales del Salón de Actos vemos el emblema de la Academia: un compás, una lupa, el ojo omnisciente y en la filacteria “observación y cálculo”, lo que podría hacernos pensar en sus conexiones con la masonería, a la que pertenecieron muchos de sus fundadores. El conjunto está presidido por un retrato de la reina Isabel II, obra de José Galofré. En origen La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España era un órgano asesor del gobierno, al que proveía de informes técnicos a cerca de obras de ingeniería o fenómenos naturales, pero actualmente se dedica a la difusión y divulgación científica. Entre sus grandes éxitos está el programa ESTALMAT, para estimular y orientar el talento matemáticas de los estudiantes de entre 12 y 13 años, y la creación Revista de matemáticas que, según el índice JCR, es la decimoquinta del mundo en impacto.

El tesoro mejor guardado de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España es su biblioteca, con primeras ediciones de algunas de las obras fundamentales de Leon Battista Alberti, Galileo Galilei, Isaac Newton o Blaise Pascal. Todo esto podremos verlo el día 20 de octubre a las 10 h previa reserva en www.mom.reservaspatrimonio.es. No obstante, es un edificio que también puede visitarse con cita previa si dirigimos una solicitud específica a secretaria@rac.es.

Premio Nobel de José Echegaray.

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