Fundamentalmente fantasías para la resistencia. Alfredo Sanzol. Foto de Luz Soria.

Coinciden en Madrid estos días dos obras que reflexionan en torno al límite entre ficción y  realidad, y por lo tanto sobre el eterno tema de lo verdadero y lo falso en el arte y en la vida; sobre el poder de la imaginación y la capacidad de la mirada subjetiva, de los mitos y los relatos, para transformar nuestra percepción de los hechos. En el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional podemos ver hasta el 16 de abril lo último de Alfredo Sanzol, Fundamentalmente fantasías para la resistencia, y en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque hasta el 19 de marzo, Una imagen interior, de la compañía El Conde de Torrefiel, integrada por Tanya Beyeler y Pablo Gisbert.

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