Los mapas: ¿inocentes?

Categoría: Arte y Cultura 10 diciembre 2012

Cartografías contemporáneas. Dibujando el pensamiento. CaixaForum

Una vez más CaixaForum trae a Madrid una exposición extraordinaria, de esas que cambian tu forma de mirar el mundo. Y en este caso lo digo literalemente, ya que la relación de la cartogorafía y el arte es la excusa para recorrer algunas de las propuestas más interesantes de las vanguardias históricas, del conceptual, de los nuevos realismos o del art brut, pero también una forma divertida de acercarnos a ese gran problema que es la representación visual del mundo. De esto habla Cartografías contemporáneas. Dibujando el pensamiento, que podrá verse hasta el 24 de febrero.

Que los mapas no son inocentes lo sabemos desde hace mucho. La clásica proyección geográfica de Gerardus Mercator (1512-1594), que traslada la superficie del globo terráqueo a un plano y hace más grandes las regiones del norte y del sur (Groenlandia, Norteamerica, Europa y los polos) y más pequeñas las del ecuador (América central, Sudamérica y África), ha sido sucesivamente cuestionada y modificada por otros geógrafos, bajo la acusación de eurocentrismo. Cualquier representación del mundo, cualquier mapa, implica siempre una reducción, simplificación y alteración de las realidad, pero algo debe dibujarse si no queremos perdernos. El mapa en blanco descrito en La caza de Snark,  el poema de Lewis Carroll, es una buena prueba de esa cartografía sin error, pero inútil, en la que sencillamente todo ha sido suprimido a excepción de la leyenda y las coordenadas. Por su parte el mapa del artista uruguayo Joaquín Torres García trastoca esa convención europea de representar al norte arriba y al sur abajo. Ambas obras, presentes en la muestra, nos advierten de la importancia que la geografía tiene en la configuración que una sociedad se hace del mundo.

Alighiero Boetti

Alighiero Boetti. Mapa – Traer al mundo el mundo 1984. Colección particular. © VEGAP, Barcelona, 2012

Mientras el grupo Art & Language, Alighiero Boetti o Marcel Broodthaers reflexionan sobre la dudosa objetividad de los mapas, los situacionistas, Adolf Wölfli o Saul Steinberg recurren a la cartografía para plasmar su subjetividad, el mundo de los recuerdos, las emociones y los traumas. Si Isidro Valcárcel Medina, pionero del arte conceptual en España, propone un mapa del mundo en el que cada país es representado con una superficie cuadrada proporcional a su tamaño, Grayson Perry, el ganador del premio Turner en 2003, recurre a un mapa para indagar en su psique. Algo muy parecido parece percibirse en el Liber Novus de Carl Gustav Jung, quien además de investigar acerca de lo que llamó “Inconsciente colectivo”, demuestra ser un excelente calígrafo. En esta obra, editada por primera vez en 2009, construye una serie de imágenes que recuerdan a los de un códice medieval y que pretenden aludir a arquetipos universales. Para mí, una de las grandes sorpresas de la muestra. También existe un capítulo dedicado a la geografía del cuerpo, con obras de Ana Mendieta e Yves Klein, y otros performers que han encontrado un territorio rico en metáforas y siempre pendiente de revisión.

Tal vez alguien crea que estos artistas no persiguen la precisión de los cartógrafos, pero sin duda el arte contemporáneo ha tratado de representar la geografía del pensamiento, de la esperanza, del terror o de la diferencia, y por lo tanto ha creado el mapa de las utopías, las heterotopías y los sueños.

 

 

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