Los Juegos Olímpicos tienen, sin duda, una deuda con Madrid. Dicen que a la tercera va a la vencida, así que ojalá que los miembros del Comité Olímpico Internacional se muestren sensibles a este refrán.
Uno tiene en la retina aún aquellos fantásticos juegos de Los Ángeles 84 porque mi deporte, el basket, se hizo por fin mayor de la mano de aquel inolvidable equipo de Díaz Miguel formado por leyendas como Corbalán, Fernando Martín, Epi, etc, al conseguir llegar a jugar una final olímpica y, además, contra aquella mítica selección americana liderada por Michael Jordan.
Por entonces yo aún no llegaba a los 20 años y aquello significó el empujón definitivo para seguir con mi sueño de convertirme algún día en jugador de baloncesto y poder llegar a ser internacional como aquellos héroes.
Nuestra ciudad se merece, por fin, el máximo acontecimiento deportivo del planeta por historia, ya que es la única gran capital europea que no los ha organizado. También, por capacidad, infraestructuras y nivel deportivo. Y por último, y sobre todo, porque es un sueño que los madrileños llevamos interiorizado ya desde hace mucho tiempo.
¿Quién no siente y padece por el deporte hoy en día? Pues bien, nosotros, los madrileños, queremos mostrar al mundo que tenemos ilusión. Deseo unos Juegos para Madrid porque quiero vivir en una ciudad olímpica. Porque quiero que Madrid 2020 forme parte del álbum de recuerdos de las próximas generaciones como a mi me ocurrió.