En la Imprenta Municipal

Imprenta Municipal

Esta entrada que escribo hoy sobre la Imprenta Municipal, en la calle Concepción Jerónima, me hace gracia e ilusión. Os cuento el porqué. El edificio que acabo de visitar está justo detrás de mi casa y, durante años, yo lo veía y pensaba, “si me toca la loto, me lo compro y me hago mi casa ahí. En el patio le monto a Manuela una zona de juegos que te mueres y en el resto ¡hago de todo!”

Y así pasaron los años. A mí sigue sin tocarme la lotería y el edificio que yo pensaba comprar entró en un proceso de rehabilitación de la que me siento muy orgullosa. Casi, como si lo hubiera hecho yo.

Heidelberg 2. Imprenta Municipal

Ahora alberga un museo maravilloso. Lo genial de este plan que os propongo es que no es nada ambicioso. En poco tiempo se puede visitar el espacio con la gran ventaja de que tenemos cosas en las que fijarnos o sacar punta dependiendo de las edades. Desde un punto de vista arquitectónico, quizás hay que estudiar un poco antes de ir qué es eso de carácter racionalista cuando hablamos de un edificio (y eso que fui sola, sin mi amiga Almudena de Chiquitectos) para disfrutarlo de verdad. Y desde el punto de vista de los libros… ¡Hay tanto que descubrir! Por, ejemplo un tórculo de 1789, la historia de la imprenta y su evolución, maquinaria, que impresiona mucho, como la Heidelberg Cylinder… que a los chicos les parece como un Rayo Mc Queen súper antiguo.

En muy interesante ver cómo nuestros pequeños nacidos digitales quedan alucinados cuando se les explica cómo se hacía un libro. Cuando ven y tocan papel es genial comprobar que para ellos un libro sigue siendo todavía algo muy especial. En la Imprenta Municipal también imparten talleres gratuitos que, francamente, ¡tienen una pinta estupenda!