La del manojo de rosas

Más de 300 representaciones y un largo recorrido por varios escenarios de todo el mundo avalan el montaje ideado en 1990 por Emilio Sagi para La del manojo de rosas, que regresa al Teatro de la Zarzuela hasta el 12 de enero.

Se abre el telón: Madrid, 1934. En la calle “Delquevenga”, como si fuera 13, Rua del Percebe, se entrevén distintos historias a través de los balcones y escaparates. Hay un bar, un taller mecánico y una floristería, El manojo de rosas, cuyo dueño tiene una hija, Asunción, que es para los vecinos del barrio “de todas, la rosa más estupenda”. Así comienza esta divertida zarzuela de Pablo Sorozábal que, sin perder un ápice de casticismo, muestra los nuevos aires que trajo la II República.  “El que se cambia de ropa / para ocultar su intención, / solo merece desprecio, / porque es un necio / sin corazón. / Que la ropa del obrero / se hizo para trabajar, / y no debe un señorito / mancharla para conquistar” cantan los personajes en una obra que refleja las profundas transformaciones sociales y políticas de una época en la que los nombres de Lerroux y Mussolini estaban en boca de todos.

La del manojo de rosas

Sin duda uno de los puntos fuertes de esta producción de La del manojo de rosas es Espasa, el camarero dicharachero que  escupe vocablos como “supersólido”, “velivolante”, “ozonopino” o “cazanubes” ¿Inventados o pseudocientíficos? Las he buscado en el diccionario y ni rastro. Este personaje, interpretado magistralmente por Luis Varela, es el sainete condensado. Sobresale también la dirección musical de Miguel Ángel Gómez Martínez, que ha conseguido devolver modernidad a una partitura llena de sorpresas en la que los pasodobles se mezclan sin complejos con el fox-trot, tan de moda en los años treinta, y hay una farruca en caló, “Chinochilla de mi charniqué”.

El segundo reparto, al que pude escuchar yo, está integrado por jóvenes cantantes que durante dos meses se han preparado con Teresa Berganza, una de las voces españolas más admiradas y que en 2013 ha cumplido “cuatro veces 20”, como dijo en el ensayo general. Por este motivo, en el escenario, tan parecida a la calle en la que ella nació, se ha colgado una placa con su nombre. ¿Hay mayor homenaje que ser parte de La del manojo de rosas?

La del manojo de rosas from Teatro de la Zarzuela on Vimeo.

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