Los que quedamos en Madrid en verano, como los animales de la sabana africana, buscamos cualquier charco donde aplacar el calor estival. Sean públicas o privadas, Madrid está ampliando su oferta para sofocar las altas temperaturas con impresionantes piscinas, que hacen las delicias del público LGTB (particularmente de aquellos y aquellas que han invertido horas en gimnasios y dietas).
El origen de esta tendencia lo encontramos en la piscina de Lago (Casa de Campo. Paseo de Puerta del Ángel, 7. Tel. 91 463 00 50 / 91 464 98 89 ), donde la comunidad gay plantó su pica hace ya algunos años. De una forma natural, sin artificios ni prejuicios (como es Madrid), esta piscina ha dividido a sus visitantes en dos segmentos: público familiar y público gay. La convivencia es armónica y placentera, casi resulta más atractiva para las madres que para ningún otro: “Chica, ya sé que no tengo nada que hacer, pero alegrarse la vista es gratis, ¡mira qué cuerpo!” Ver y dejarse ver ha sido siempre parte de la cultura LGTB, más aún en las piscinas.
Lo cierto es que la piscina de Lago, sobre todo en julio y durante el Orgullo Gay, se masifica bastante, por lo que desde hace dos años comenzó una alternativa pública para todos aquellos con un pasado académico. La piscina de la Universidad Complutense de Madrid (Avda. Obispo Trejo, s/n. Tel. 91 394 11 74) es solo apta para aquellos que puedan justificar con algún documento en regla cualquier vinculación con una universidad (sea o no de la Comunidad de Madrid). Una vez pasado el trámite, ¡bienvenido a uno de los mejores oasis de Madrid!
La oferta pública se completa con un tercer chapuzón, pero en este caso bien fresquito… y con todo al aire. La piscina del barrio de El Pilar (Avenida Monforte de Lemos, 13-15. Tel. 91 314 79 43), cuenta con un área nudista que se le aleja del exhibicionismo para establecerse en el naturismo activista. La comunidad LGTB que extiende su toalla en el solarium de esta piscina no buscan ver y ser visto, sino definir un estilo de vida donde la moda no tiene lugar. “Para nosotros», me comentaba una amiga acérrima esta piscina, «no tiene nada de morboso, es un estilo de vida. Contemplamos la moda como algo funcional, no como un elemento moral de la sociedad. A 40º a la sombra, ninguna prenda cumple función más que tapar aquello que es natural”. Tres posibilidades públicas y únicas de piscinas para mitigar el calor del verano en Madrid. ¿Y tú, a cuál te apuntas?