¿Cuál es el icono que mejor representa a Madrid? Para muchos será la Cibeles, para otros el Museo del Prado, la Puerta de Alcalá, el Palacio Real, el Oso y el Madroño o el Guernica de Picasso. ¡Qué difícil elección! Hoy yo, lejos de decantarme por cualquiera de estos grandes monumentos, he decidido hacer un repaso y hablar de esos otros símbolos repartidos por la ciudad que solo encontraréis aquí. Este es un Top 10 muy particular, que espero que os guste.
1. KILÓMETRO CERO
Aunque la plaza más céntrica y concurrida de Madrid tiene ilustres inquilinos, como el Oso y el Madroño, hay que mirar bien al suelo cuando paseemos por la Puerta del Sol. Una placa señala el lugar exacto donde nacen las seis carreteras radiales de España, que tienen su origen en los seis antiguos itinerarios de postas, creados allá por 1720. La placa original, situada delante de la Real Casa de Correos, fue instalada en el año 1950, aunque en 2009 fue sustituida por esta, de granito y latón, que hoy podemos ver.
2. EL LOGO DEL METRO
Aunque nació en Galicia, Antonio Palacios ha pasado a la historia como el gran arquitecto de Madrid. El Círculo de Bellas Artes, el Palacio de Comunicaciones, hoy rebautizado como Palacio Cibeles, el edificio de las Cariátides… Muchos de los monumentos más representativos de la ciudad llevan su firma. También, el Metro de Madrid, cuya primera línea fue inaugurada en 1919 por el rey Alfonso XIII. La misión de Palacios fue la de proporcionar un estilo decorativo especial a las vestíbulos y puntos de acceso del nuevo medio de transporte. Fue él quien diseñó los accesos de granito con sus barandillas de hierro enroscado para las bocas monumentales y también el famoso logo, que aunque ha sido modernizado con el paso del tiempo, mantiene sus elementos originales: rombo rojo, fondo blanco y rectángulo azul. Si queréis ver cómo era al principio, os aconsejo que visitéis Andén Cero, la antigua estación de Chamberí, un auténtico museo subterráneo.
3. LOS AZULEJOS
Si visitáis Andén Cero, seguro que os sorprenen sus azulejos pubicitarios. A principios del siglo XX era muy común su uso, sobre todo, en comercios, donde actuaban casi como escaparates. Aunque los establecimientos en los que lucían en todo su esplendor han cambiado de uso, aún podéis buscar unos cuantos por todo el centro de Madrid. En pleno barrio de Malasaña, en la calle de San Andrés, encontraréis los de la Farmacia Laboratorio de Especialidades Juanse, y en la calle de San Vicente Ferrer los de la Antigua Huevería. Pero hay muchos más, tal y como os contamos en Bloggin’ Madrid en otra ocasión.
4. EL LUMINOSO DE SCHWEPPES
Realizar la que es una de las escenas más célebres del cine español de los últimos tiempos no fue tarea fácil. Álex de la Iglesia la había visto una y mil veces en su cabeza antes de poder decir la palabra más anhelada por cualquier director: ¡acción! Hubo que reproducir barra a barra y con total exactitud el cartel de Schweppes del edificio Carrión y llevarlo a un estudio. Pero la sensación fue real: todo el mundo al contemplar hoy el luminoso recuerda ese momento cumbre de El día de la bestia. Santiago Segura y Álex Angulo colgaban de él tras una persecución demoníaca. Quién no cree verlos aún ahí, a punto de caer, al mirar hacia arriba y hacer la foto de rigor a uno de los emblemas más famosos de la Gran Vía. La licencia de instalación del anuncio de Schweppes se expidió el 5 de agosto de 1972 , pero su colocación no se hizo efectiva hasta el mes de septiembre, tras pagar al Ayuntamiento 3.750 pesetas. Tiene 312 barras, 11 metros de altura y 100 kilos de peso.
5. EL ANUNCIO DE TÍO PEPE
Y hablando de anuncios… Otro cartel mítico en Madrid es el de Tío Pepe, una de las marcas más conocidas de la empresa bodeguera González Byass, con sede en Jerez de la Frontera. El diseñador de la etiqueta que reproduce el anuncio y autor del eslogan fue Luis Pérez Solero, que lo ideó tal cual hoy lo vemos en 1935. Así lo describía él mismo: “Veréis con qué sencillez me dieron forma en Jerez / embotellaron el sol de Andalucía, primero / me pusieron una chupa, la guitarra y un sombrero / ¡y así nació el Tío Pepe, lleno de gracia y salero!”. El cartel fue colocado sobre el antiguo Hotel París, en la Puerta del Sol, en el año 1958. Declarado patrimonio histórico, hoy luce con más brillo que nunca tras una profunda restauración, pero en distinta ubicación, aunque no muy lejos de la anterior. Está situado en la azotea del edificio del número 11 de la plaza, en la esquina de Preciados. ¡Mirad hacia arriba!
6. LOS LEONES
Pero, ¡qué fauna tiene Madrid! Imposible contar el número de animales que hay repartidos por la ciudad, en esculturas, fuentes, fachadas… Lo que más me ha llamado siempre la atención es la cantidad de leones sueltos que campan a sus anchas casi por cada rincón. Están en el Monumento a Alfonso XII en el Parque de El Retiro, en la fuente de Cibeles, en el Monumento a Felipe IV en la plaza de Oriente… y, por supuesto, presidiendo la entrada al Congreso de los Diputados. Estos últimos son obra de Ponciano Ponzano y tienen nombre propio: Daoíz y Velarde, como los héroes del 2 de mayo. Fueron fundidos con el bronce de los cañones capturados por los españoles en la batalla de Wad-Ras (Marruecos), en 1860.
7. EL ÁNGEL CAÍDO
Para ver uno de los poquísimo monumentos en el mundo dedicado al mismísimo diablo hay que adentrarse en el Parque de El Retiro y buscar la fuente del Ángel Caído. Es una obra realizada en bronce por Ricardo Bellver para la Exposición Universal de París de 1878, inspirada en unos versos de El paraíso perdido de John Milton. La imagen refleja el momento angustioso en el que el ángel Luzbel recibe el rayo divino que le expulsa del Paraíso. Desde 1885 preside esta glorieta, cuya altitud oficial es de 666 metros. ¿Simple casualidad?
8. LAS TORRES INCLINADAS
Aunque su nombre oficial es Puerta Europa, todo el mundo en Madrid las conoce como las Torres Kio, que es el nombre de la empresa que promovió su construcción. Presiden la plaza de Castilla desde el año 1995, miden 114 metros de altura y están inclinadas 15º respecto a la vertical. Fueron las primeras torres del mundo levantadas en tan curiosa posición. ¿Sus autores? Los arquitectos estadounidenses Philip Johnson y John Burgee, por mucho que el nombre de Álex de la Iglesia esté asociadas a ella, ya que también son, a su manera, protagonistas en El día de la bestia.
9. EL TELEFÉRICO
De altura también es este auténtico icono de Madrid, que nos permite viajar, a 40 metros del suelo, desde el paseo de Rosales hasta la Casa de Campo o al revés. Fue construido por la empresa suiza Von Roll e inaugurado oficialmente el 20 de junio de 1969. En realidad, estaba previsto que comenzara a funcionar el 15 de mayo, día de San Isidro, pero no pudo ser porque los vecinos pusieron una queja en la que alegaban que el teleférico no respetaba la intimidad de sus hogares. Cuenta con 80 cabinas, con capacidad para cinco personas, y recorre una distancia total de 2.457 metros. A sus pies, todo Madrid: el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, la ermita de San Antonio de la Florida… Una voz en off explica todo aquello que vamos viendo en el camino.
10. BOCATA DE CALAMARES
Y para terminar… nada mejor que hacerlo a mesa puesta. Hay muchos platos castizos entre los que elegir, desde los callos al cocido, y también dulces, como las violetas o las torrijas. ¡O incluso el chocolate con churros! Pero creo que nadie puede sentirse madrileño hasta la médula hasta que no se haya tomado un bocata de calamares, a ser posible, en las inmediaciones de la Plaza Mayor. En la calle de Ciudad Rodrigo hay un sinfín de bares donde probarlos: La Rúa, Valle del Tiétar, Los Ferreros… Resulta muy difícil averiguar el origen de esta costumbre culinaria habida cuenta de que en Madrid no hay mar, aunque está claro que eso de comer pescado rebozado es una costumbre sefardí. Muchos chefs de renombre han actualizado el tradicional bocata, como Sergi Arola, que lo sirve así de sofisticado en su recién estrenada vermutería, SOT, situada en la segunda planta del restaurante que lleva su nombre.