Una visita guiada y otra teatralizada enseñan el interior de uno de los edificios más singulares de Madrid: el Ministerio de Agricultura, construido por Ricardo Velázquez Bosco entre 1893 y 1897.
Pocos edificios llaman tanto la atención como este antiguo Palacio de Fomento, ubicada a escasos metros de la Estación Atocha y, por lo tanto, una de las primeras estampas que encuentra muchos visitantes nada más llegar a Madrid. Como vivo muy cerca, cada vez que regreso después de unas vacaciones, bien sea en tren o en avión (el Bus Exprés que comunica el centro de la ciudad con Barajas pasa por aquí) y avisto los monumentales grupos escultóricos que coronan su cornisa, pienso “ya estoy en casa”. Me atrevería a decir que La Gloria y Los Pegasos, diseñados por Agustí Querol para el Ministerio, no sólo representan al “Progreso”, como me han explicado más tarde, sino que también contemplan y protegen a todos los viajeros que entramos y salimos de Madrid.
Como este palacio forma parte de mi paisaje cotidiano, he tardado varios meses en darme cuenta de que ahora es posible conocerlo por dentro gracias a una visita guiada gratuita, los sábados y domingos a las 12:00 h, y a otra teatralizada, los viernes y los sábados a las 20:00 h, esta segunda por el precio de 8 euros. Pese a que el aforo es de 30 personas, resulta conveniente reservar en el teléfono 91 347 50 68, de lunes a viernes, de 10:00 h. a 14:00 h, o escribiendo un email a entradaspalaciodefomento@magrama.es, ya que los grupos suelen estar llenos. Por fin, hace una semana pude apuntarme a la visita teatralizada en la que, como un viaje en el tiempo, el arquitecto del edificio, Ricardo Velázquez Bosco, te conduce por la escalera monumental, las salas más representativas del Ministerio y los patios, cubiertos por dos espectaculares estructuras de cristal y hierro. Poco a poco se descubre como este palacio ha sido reflejo de la historia del país, a través de las anécdotas más peregrinas o como escenario de momentos más dramáticos.
Ricardo Velázquez Bosco fue autor de muchos de los edificios que han dotado a Madrid de personalidad capitalina, como la Escuela de Minas (Ríos Rosas, 21) o los palacios de exposiciones de El Retiro, el de cristal y el que lleva su nombre. El uso del ladrillo visto, la azulejaría – en varias obras como el Ministerio de Agricultura colaboró con el célebre ceramista Daniel Zuloaga, tío del pintor Ignacio Zuloaga -, el hierro y el cristal hacen que su obra tengan una plasticidad poco frecuente en la arquitectura ecléctica de finales de siglo. Los edificios de Velázquez Bosco se reconocen rápidamente tanto por su colorido como por su composición escenográfica, lección muy bien aprendida por uno de sus más sobresalientes alumnos, Antonio Palacios.
Si hubiera que elegir una música para la imponente fachada del Ministerio de Agricultura, obra en la que coinciden distintas artes y lenguajes, mi opción sería sin dudarlo una ópera de Wagner. La épica evocada por este proyecto se resume muy bien con la historia de los grupos escultóricos de Agustí Querol. Como eran muy pesados para subirlos hasta lo alto del edificio tuvo que construirse una gran rampa, ya que no había grúa capaz de cargar con ellos. En 1976, debido a que su peso estaba hundiendo el edificio – los originales eran de mármol -, hubo que bajarlos y se sustituyeron por las réplicas en bronce que podemos ver hoy. La Gloria y Los Pegasos primeros adornan ahora las glorietas de Cádiz y Legazpi, pero siguen contemplando y protegiendo a todos los viajeros que entran y salen de Madrid por el sur.