Serrat en Madrid

Joan Manuel Serrat actúa los días 20 y 21 de septiembre en el Barclaycard Center.

Serrat es inigualable. Ningún artista español ha alcanzado las cotas de popularidad, éxito y cariño que el noi del Poble Sec ha disfrutado a lo largo de sus 50 años de carrera prácticamente ininterrumpida y desgranada en todo el mundo. Sus canciones han brotado y brotan de labios de varias generaciones de fanáticos del ídolo. Su personalidad, cariñosa y socarrona, ha conseguido detener la manecillas del reloj del tiempo hasta crear un “momento Serrat” que se enciende automáticamente a los acordes de cualquiera de sus temas. Por eso son citas de ineludible cumplimiento los dos conciertos que este catalán universal va a ofrecer el domingo 20 y lunes 21 en el Barclaycard Center, pagando así la deuda de su justificada ausencia del pasado mes de mayo después de tener que suspender sus actuaciones en la capital por una traqueolaringitis aguda. Los madrileños han respondido con el agotamiento de las entradas para los dos días.

De padre catalán y madre aragonesa, Joan Manuel Serrat nació un 27 de diciembre de 1943 en Barcelona y creció en el popular barrio del Poble Sec. En un principio iba a dedicarse a la agricultura, pero la musa tornó en sensatez aquel descabellado proyecto y puso en sus manos la guitarra que siempre habría de acompañarle y sopló su inspiración para que las canciones comenzaran a brotar a borbotones en aquella España en blanco y negro. El 18 de febrero de 1965 debutaba en el programa de Escamilla Radioscope, de Radio Barcelona, militando a continuación en Els setze jutges, legendaria formación heterogénea de creadores en lengua catalana.

En 1967 llegaría su primer éxito a nivel nacional en su lengua materna: Cançó de Matinada. Probó el amargo maná de la polémica, cuando renunció a cantar el La, la, la en el Festival de Eurovisión ante los reproches de los responsables de la representación española ante la sola mención de la posibilidad de hacerlo en catalán. Pero aquel contratiempo no hizo más que espolearle en su empeño, esquivando persecuciones políticas y la incomprensión de un tiempo cerrado a la diferencia, creando al artista generoso y comprometido que todos conocemos.

América apareció en su horizonte, iniciando una relación sentimental de imposible extinción y comenzaron a llegar los éxitos masivos a ambos lados del océano con los años 70. En el 71 aparece Mediterráneo, disco que ha alcanzado el acuerdo de todos al ser situado como mejor álbum de pop en castellano. Pero también descubrió a compatriotas la poesía relegada de Machado y Miguel Hernández. Las nuevas generaciones que florecieron en la transición comenzaron a llevar a Serrat a su lado como hoy llevamos el móvil y desde entonces hasta ahora todo ha sido triunfos, parabienes, homenajes… todos ellos merecidos.

A la vuelta de la vida Joan Manuel Serrat ha celebrado este año el quincuagésimo aniversario de aquella feliz aparición en radio Barcelona con la edición de Antología Desordenada, que es, como reza su título, una selección en formato de cuádruple triple de lo mejor de su discografía, convenientemente regrabada y contando con la colaboración de ilustres compinches, como Les Luthiers, Mina, Joaquín Sabina, Alejandro Sanz, Dani Martín, Ana Belén, Miguel Ríos, Lolita, Mercedes Sosa, Dulce Pontes, Estopa y muchos otros. Quizás algunos de ellos estén con Serrat en estas dos esperadas veladas madrileñas. Serrat nunca promete nada, pero, con un guiño, lo promete todo. Porque Serrat es así: tan grande como su música. Tan grande como la propia música.