La legendaria sala Clamores, decana del Jazz en Madrid con 34 años de historia, encara el futuro con aires renovados. El clásico nombre de Clamores Jazz que aparece en su logo se mantiene, dando paso además a otros dos Clamores más: Clamores Soul y Clamores Club.
Clamores Jazz (hasta las 00:00) continúa con su orientación de siempre: conciertos de jazz de primer nivel nacional e internacional con el público sentado. Pero a partir de la medianoche, se retiran mesas y sillas y empieza Clamores Soul para disfrutar de las mejores bandas de soul, funk, blues… Y partir de las 02:00 y hasta las 06:00 baile con los mejores Dj’s de música negra de la raíz a las nuevas tendencias para la pista de baile; del rhytm’n’blues, soul, funk, jazz… al house, electro swing, new disco… Para dar la bienvenida oficial al nuevo Clamores, nada mejor que uno de los artistas más importantes que esta ciudad ha dado al jazz y el flamenco: el saxofonista tenor y soprano y también flautista Jorge Pardo, que será la estrella en la fiesta de inauguración este viernes 16 de Octubre.
Jorge nace en Madrid en 1956 y aquí, a la edad de 14 años, inicia sus estudios en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Desde el principio el jazz le llama y así pasa a tocar con el pianista Jean-Luc Vallet, el batería Peer Wyboris, el pianista Tete Montoliu, el organista Lou Bennett, el trombonista Slide Hampton, el saxofonista Pony Poindexter, el contrabajista David Thomas o el saxo Pedro Iturralde. Junto a Pedro Ruy Blas forma en 1975 el grupo Dolores, una referencia en el panorama español para la fusión entre jazz y raíces flamencas. Con ellos graba tres discos y en uno de ellos aparece Paco de Lucía, con el que colaborará a través del tiempo en múltiples grabaciones y giras de ámbito mundial. También en la misma época conoce a Camarón de la Isla, con el que graba en La leyenda del tiempo y otras producciones. En los estudios de flamenco de “Amor de Dios” colabora con toda la nueva generación de artistas “Los jóvenes flamencos” que se cuece en la ciudad en esa época. La flauta y el saxo quedan vinculados al mundo del flamenco desde entonces.
Ya en 1982 Jorge se manifiesta como uno de los músicos más talentosos del jazz fusion y graba en Mallorca su primer LP homónimo, con músicos invitados como el guitarrista Joan Bibiloni y el bajista Carles Benavent. En 1984 edita El canto de los guerreros y en 1987 A mi aire. Perfectamente asentado en el jazz flamenco, durante los diez años próximos grabará varios discos a su nombre y, junto a Carles Benavent y Tino di Geraldo -batería- forma un trío donde el mestizaje entre lo latino, lo flamenco y el jazz toman dimensión propia. Realiza multitud de proyectos, como Vida en Catedrales con varias referencias junto a Tomaás San Miguel, Zebra Coast con Gil Goldstein, Live in Montreaux con Nana Caymi y Wagner Tizo, Ur con Michaell Bismut, Jazzpaña con arreglos de Ariff Mardin y Vince Mendoza. Ya en el nuevo siglo llegan las grabaciones con D’3, su colección de Vientos Flamencos, junto a Benavent y Di Geraldo, Desvaríos con “el Bola” para el sello RTVE, Touchstone con Chick Corea, el Homenaje a Miles Davis en NY o su reciente proyecto Huellas (2012) y su versión con Big Band Huellas XL estrenado en Etnosur (2013) son espectáculos con los que ha recorrido innumerables festivales, teatros y salas de los cinco continentes a lo largo de más de 30 años de trayectoria profesional. El 2013 recibe el premio al mejor músico de jazz europeo.
A Jorge Pardo Madrid le cae como un traje a medida: “Yo soy nacido en Madrid, criado en Madrid y formado en Madrid. Aunque desde mi más tierna juventud empecé a viajar por todo el mundo, Madrid ha tenido todo que ver en mi carrera.” De este modo resalta el carácter integrador de la ciudad: “Dado ese espíritu de acogida que tiene esta capital, todo lo que aquí musicalmente sucede -autóctono o no, venga de donde venga… parece compartir ese espíritu”. Pardo también recponoce la singular importancia que Madrid tiene para el arte flamenco: “Hay otras ciudades en España quizá más veteranas que Madrid en la historia del jazz y también del flamenco, pero a la hora de concentrar más tendencias y de diversificación de estos estilos quizá Madrid sea la más grande. Es sin duda un gran escaparate para las nuevas tendencias musicales. Sin embargo, habría que facilitar más sitios y mejores condiciones a los músicos más noveles, para que pudieran presentar sus proyectos dignamente en la ciudad”.
De su ciudad, Jorge resalta “La noche en Madrid, que es muy viva y llena de sorpresas, de encuentros entre músicos de muchas y diferentes tendencias. Eso le da mucha riqueza. Aunque esto también sucede en otras muchas ciudades del mundo, en Madrid parece ser más sencillo y familiar. Aquí la noche es larga y no tan costosa cmo en otros capitales». Puestos a recordar anécdotas de los muchísimos conciertos vividos aquí, Jorge rememora una noche en la que “después de un concierto masivo con Paco de Lucía y Santana, perdí mi transporte oficial de la organización y tuve que caminar entre todos los asistentes algunas horas para encontrar un taxi de vuelta casa”. Eso sí, no hay modo de que nos haga una ruta madrileña: “Perdona que no me moje, pero hay tantos sitios donde hay buena música y buen ambiente para perderse en Madrid… Esa es la razón por la que Madrid me gusta tanto…”.