Treinta años de Sex Museum

Categoría: Diversión 21 enero 2016

¿Es posible que un grupo de genuino rock’n’roll cumpla 30 años en plenitud de facultades, no siendo, además, inglés o americano, sino madrileño? Sex Museum son la respuesta y es que treinta años no son nada y el tiempo pasa volando cuando el rockero se da cuenta de que lleva más de la mitad de su vida entregado al rock’n’roll. El día 22 de enero actúan en la Sala El Sol.

Esa es la historia de Sex Museum, banda independiente que empezó en 1985 -con la mitad de sus miembros aún menores de edad- entregados a un –novedoso en España, pero mítico afuera- sonido crudo y una actitud salvaje en un momento en el que la movida pedía un relevo. Desde aquellos tiempos inciertos Fernando y Miguel Pardo y Marta Ruiz Perdiguero, núcleo duro y superviviente de la formación original, han editado trece discos, realizado docenas de giras por Europa y miles de conciertos, grabado diez vídeos, dos discos en directo, otro compartido y once singles, además de haber participado en otro buen montón de recopilatorios y de haber puesto su música a bandas sonoras de películas, sintonías de programas de radio y TV o cabeceras de series.

Con la sabia intuición que da la juventud, Sex Museum conectaron con una naciente realidad global alternativa y fueron capaces de importarla a una España que llegaba con 20 años de retraso –en el rock y en muchas otras cosas- a los 80. Eso sí, contaron con la ventaja de que Madrid estaba aprendiendo a querer a sus rockeros: “Sobre todo gracias a los bares y a la gente que va a los conciertos, que es bastante. Lo suficiente para que haya una escena continuada desde mediados de los 80. Los dueños o encargados de los bares y salas de conciertos son los mayores responsables de que Madrid haya aguantado con una escena de música alternativa y subterránea; muchas veces más que los propios grupos”. Sex Museum son sus ganas de tocar en directo, de salir a la carretera y vivir su aventura musical y vital como una road movie. Adelantándose en décadas a la realidad actual descubrieron que el rock dependía más de los conciertos que de los discos vendidos y en ello se volcaron. Desde hace décadas no han hecho otra cosa que tocar. En cualquier lugar, desde un garito pequeño hasta un estadio, eléctricos o acústicos, con su banda o en cualquiera de sus aventuras paralelas, como Los Coronas o Corizonas, junto a Arizona Baby.

 

Fernando Pardo, su líder y guitarrista, recuerda ahora cómo era en los 80 la ciudad que les vio nacer como músicos: “Madrid era caótica y explosiva, llena de gente con ganas de hacer cosas y que a la vez ejercía de imán para gente de fuera de la capital que veían en ella un buen sitio para establecerse, darse a conocer y, sobre todo, disfrutar. Se respiraba bastante libertad porque los poderes públicos estaban demasiado ocupados organizando todo el cotarro tras la dictadura. De pronto todo el control y la presión que había habido en España durante 40 años desaparecieron y los que disfrutamos de ese tiempo en Madrid tuvimos la suerte de vivir una de las épocas más libres y excitantes que ha habido en España desde los romanos. Si tenías entre 15 y 20 años, podías hacer casi lo que quisieras y nadie te molestaba. Lo único complicado era conseguir instrumentos musicales, porque eran muy caros y aún no había mucho dinero”.

Sex Museum fueron pioneros de la escena independiente, aunque fueron endureciendo y radicalizando su música según giraban por Europa a principio de los 90’s. Ese aprendizaje dio lugar a su personal estilo entre el garage rock y el hard-rock más psicodélico. Con el tiempo sus amplios gustos acabaron reflejándose en un amplio espectro musical y un espíritu inconformista que les hace saltar siempre hacia delante y experimentar en cada disco. Pero Fernando se muestra seguro de que una banda como Sex Museum solo podía haber nacido en Madrid: “Sí. Madrid o te agobia, estresa, doma y esclaviza o te lanza al mundo con la mentalidad de “contra todo y contra todos”. Nosotros somos del segundo tipo, de los que se toman la música o cualquier forma de arte como una cruzada personal”. Y son treinta años vividos con orgullo y con pasión: “Para nosotros ha sido fácil, porque somos entre románticos y estúpidos y nunca hemos tomado nuestras decisiones con un fin o una justificación económica. Así es fácil dedicarte a la música: para vivir una gran aventura, que es como nosotros nos lo tomamos. Con menos dinero y expectativas más bajas, pero a cambio con mucho movimiento, mucha música y más gente real y transparente. Ese es nuestro camino”.

Para celebrar este 30 aniversario Sex Museum arranca este viernes 22 de enero en la Sala el Sol de Madrid una gira de veintidós conciertos con un repertorio que repasa toda su carrera. Además ponen en circulación un regalito: una poderosa versión de Beastie Boys (Fight for your Right) vs Deep Purple (Smoke on the water) en la que han contado con la colaboración de Def Con Dos. El resultado es Smoke in the Party que podrá descargarse gratuitamente desde su pág web  y lo acompañan con este vídeo  realizado por Marta Ruiz Perdiguero. Además,anuncian que para el 2016 saldrá un documental de su historia y un nuevo disco.

Esta es la ruta rocker madrileña de Sex Museum:

Gruta 77, el reducto rockero del barrio de Carabanchel.

Gruta 77

Gruta 77

Wurlitzer Ballroom, guitarras ardientes junto a la Gran Vía.

Weirdo!, punk garage y soul en un pequeño bar malasañero que también se anima con los conciertos.

Wurlitzer Ballroom

Wurlitzer Ballroom

No Fun, en la calle Espíritu Santo, en la que habita el espíritu de los Ramones.

La Via Láctea, el nido del rock en la calle Velarde, sobre todo cuando pincha Oki Von Stoky.

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