El 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes está lleno de celebraciones. También gastronómicas. El Hotel The Westin Palace ha creado un menú basado en el recetario que aparece en El Quijote, su obra cumbre, lleno de exquisiteces para disfrutar en pleno siglo XXI…, ¡ya le hubiera gustado probar estas viandas al bueno de Sancho Panza!
El chef ejecutivo del Westin Palace, José Luque, ha hecho una puesta en escena muy cuidada de una serie de platos que recrean las recetas y productos que ha elegido y documentado la escritora y periodista Eva Celada. Cada plato de este menú se acompaña de una reseña donde figura el capítulo en el que aparece. El banquete empieza con un aperitivo Sanchopancesco inspirado en la olla podrida sobre pestiño con crema de alubias y pringá. Aparece en la Segunda Parte, capítulo XIX, que trata de los que le sucedió a Sancho Panza rondando su ínsula…
Sigue con el Cóctel de Duelos y Quebrantos a base de crema de patatas, chorizo, tocino y huevo. De este revuelto, ya se sabe: los duelos con pan son menos, y con cordero, olvídelos. Lo encontramos en el capítulo I que trata de la condición y ejercicio del famoso y valiente hidalgo Don Quijote de La Mancha, donde también se habla de la ensalada de viernes con lentejas, helado de castañas y emulsión de queso.
No podía faltar el Bacalao Ajoarriero de la Venta que el caballero de la triste figura creyó un castillo. Este plato se cuenta en el Capítulo II, que narra la primera salida que de su tierra hizo Don Quijote. Las perdices escabechadas de las Bodas de Camacho (capítulo II de la segunda parte de libro) componen el quinto plato en la mesa. De perdiz o de gallina, son fundamentales en los fogones manchegos.
Pasamos a La Bacía, un postre a base de queso y membrillo en recuerdo a la palangana de barbero que en el capítulo XXI Alonso Quijano, Don Quijote, le roba para usarlo de casco en sus andanzas… “se puso la bacía sobre la cabeza, y, como estaba tan limpia, desde media legua relumbraba…”. Ese brillo lo ha reproducido Luque creando un dulce de gran belleza estética.
No podía faltar en este menú la presencia de la bella Dulcinea, la amada del ingenioso hidalgo, y llega en forma de segundo postre. Esos dulces de sartén tan manchegos aparecen en las Bodas de Camacho y han inspirado al chef para crear la Flor de Dulcinea. Una masa muy ligera que se lleva hasta un molde de hierro con forma de flor y, después, se fríe en abundante aceite de oliva virgen bien caliente.
Terminamos esta comida histórica con las Gominolas de Fierabrás, una “poción mágica” a base de tomillo, vino tinto, aceite y sal que, según Don Quijote, “curaba las heridas a quien lo bebía pero sólo hacía efecto a los que habían sido armados caballeros”. El Menú del Quijote se sirve (comidas y cenas, excepto almuerzos domingos) hasta el 10 de julio en el restaurante La Rotonda, bajo la cúpula del Palace, al precio de 55 euros (con IVA y sin bebidas).