El próximo vienes 27 de mayo el maestro Kiko Veneno hará un concierto muy especial en el Teatro Nuevo Apolo, dividido en tres partes diferentes, aunque complementarias. Una primera con su banda habitual -los Notas del Retumbe-, una segunda a solas con su guitarra -(+ Solo que la una)- y, a modo de remate, una tercera con el Cuarteto Bético de Cuerdas dirigido por Michael Thomas, director de orquesta y colaborador en el ámbito pop de figuras como Björk o Elvis Costello, junto a los Notas del Retumbe al alimón. Tres aproximaciones complementarias, que no antagónicas, a un repertorio que forma parte de nuestro patrimonio sentimental. Un concierto y un disco para disfrutar de la música de Kiko, desde los tiempos de revolución formal de Veneno a finales de los setenta hasta el estimulante e inconformista presente creativo de este artista sin par.
La verdad es que Kiko Veneno -José María López Sanfeliu- ha esperado un montón de años para sacar una grabación de vivo de su enorme repertorio de grandiosas composiciones. Pero se ha resarcido a gusto con un disco en directo y, por demás, doble. El álbum, titulado Doble Vivo -el que presenta en Madrid el próximo viernes- , recoge «una celebración, un fiestón que se registró en 2013 en el Teatro Apolo de Barcelona junto a la orquesta Cordes del Mon y que aglutinó sobre el escenario nada menos que a veintiséis músicos. El porqué de esta espera se debe, según Kiko a que “no se han dado las circunstancias. Lo normal era encadenar varios discos de éxito y sacar un directo para enfriar y dar tiempo a preparar nuevo material y la verdad es que ese no ha sido nunca mi caso”.
Sin embargo, sus canciones, éxitos para una legión de admiradores que le reconoce como un creador necesario para la música española desde los lejanos tiempos de Veneno, tienen ese componente misterioso que hace que suenen bien en todos los formatos posibles: “A cada cual le gustan de una manera, a mí también, y depende mucho de los momentos y las situaciones. A veces, solo con la guitarra siento la canción en su plenitud. Otras veces me pasa lo mismo acompañado de otra guitarra. Ahora estamos ensayando para lo del Teatro Nuevo Apolo y hay canciones con grupo más cuarteto de cuerda que me suenan buenísimas. Creo que hay momentos para todo. Lo que sí es verdad es que si una canción no te llega desnuda no te va a llegar de ninguna manera».
Entre tanto y tan buen material como tiene este artista, no parece haber sido fácil la selección de canciones para este álbum: “No hemos grabado con premeditación las mejores canciones de mi trayectoria. Estos eran conciertos especiales, cada uno en lo suyo, y los grabé sin idea de sacarlos en un disco. Sólo por tener el material y poder usarlo en el futuro de alguna manera. Después hemos seleccionado las mejores tomas, eso ha sido todo”.
Kiko y Madrid
Nacido en Figueras, pero criado y residente en Cádiz, Kiko guarda, sin embargo una especial relación con Madrid desde los tiempos en los que se integró en la marea creativa de la movida aportando su puntito sureño: “Mi relación con Madrid es muy buena. Es una ciudad bulliciosa, con mucha vida en la calle, acogedora… «. Lo que más les atrae de esta urbe es que “hay gente de todas las clases, de todas las maneras. El apoyo que te da la gente de aquí para que te sientas uno más entre ellos. Y cómo tiran la cerveza en algunos bares”. Normal, entonces, que el público madrileño esté entre sus preferidos: “Es cariñoso, entusiasta. Le gusta la música y la diversión, sabe cómo agradecerte cuando le llegas. Es un público muy intuitivo”. De todos sus conciertos aquí recuerda especialmente “uno que dimos en el Rockódromo de la Casa de Campo allá por los 80 bajo un diluvio universal. Un centenar de entusiastas sobre el inmenso charco… Fue muy emocionante”.
La ruta de Kiko Veneno en Madrid comprende:
Para tomar cerveza: La Dolores, El Cangrejero, La Tita…
Para dar un concierto: Las Vistillas.
Para encontrarse con la gente: la Puerta del Sol… Pero tiene que ser en 15M.