El balcánico Goran Bregović (Горан Бреговић, en cirílico) actúa este 29 de julio en el Teatro Circo Price como parte de su Champagne For Gypsies Tour 2016. Nacido en Sarajevo, Bosnia-Herzegovina, Bregović es uno de los más afamados compositores de la región balcánica. Su producción musical mezcla sonidos del folclore tradicional con rock, música búlgara y muchos otros estilos musicales. Reconocido internacionalmente por ser el autor de las bandas sonoras de varias películas de fama mundial -sobre todo las de su compatriota Emir Kusturica: Gato Negro, Gato Blanco, El tiempo de los gitanos o Underground entre otras-, entre sus dispares actividades musicales cabe destacar la insólita autoría del tema que representó a Serbia en el Festival de la Canción de Eurovisión 2010, Ovo Je Balkan.
De padre croata y de madre serbia, Goran sigue siendo, en sus propias palabras, “de nacionalidad yugoslava”. Además está casado con una musulmana, con lo que puede decirse que posee una de esas familias mixtas balcánicas que solo pueden identificarse con lo que fue la antigua Yugoslavia. Nieto e hijo de partisanos -su padre llegó a coronel del ejército-, Bregović se refiere a su patria no como una locación política, sino como un sentimiento al que muchos de sus compatriotas se refieren como the good old times. Huyendo de los estudios, Goran Bregović empezó a ganarse la vida tocando el violín en una kafana, un restaurante balcánico con música en vivo, en una estación de autobús en Konjic, Bosnia. En los años 70 emigró temporalmente a Italia y descubrió los placeres del rock’n’roll occidental, evidentemente perseguidos en su patria natal. Sin embargo, la llamada de los grupos musicales con más futuro le animaron a regresar. Admirador de Tito y aquellos tiempos equívocos de socialismo a la rusa que ya no podían seguir siendo impermeables al empuje del capitalismo vecino, Goran alternó el rock’n’roll con los trabajos sociales para estar, literalmente “pegado a la tierra”.
Tras la mili volvió a la música en activo como guitarrista y compositor de Bijelo Dugme, la banda más grande de su tierra, encontrando el rechazo frontal de la autoridad comunista. Su batería fue encarcelado y, al no poder superar la experiencia, terminó suicidándose. En eso llegó la terrible guerra de los Balcanes que terminó hundiendo la región, segando miles de vidas y avergonzando al mundo. Al terminar el conflicto, Goran se reinventó a sí mismo con su vocación de internacionalizar la música tradicional de los Balcanes, primero con el cine de Emir Kusturica y después con sus diversas orquestas y grabaciones musicales.
Ahora es un artista conocido en todo el mundo por una producción musical que mezcla sonidos del folclore tradicional con rock, música búlgara y otros estilos musicales; y eso es precisamente lo que le convierte en un compositor tan diferente y especial, al seguir con su odisea balcánica recuperando la música de los gitanos. Sus dos últimos discos, Alkohol -exorcismo del alcoholismo paterno y proverbial en su país y, por ende, en el resto del este europeo- y Champagne For Gypsies subrayan el carácter festivo, intrínsecamente unido a la celebración, de la música de Bregović. Los mejores auditorios de todo el mundo han sido testigos de sus explosivas actuaciones, cargadas de ese potente destilado que sintetiza y amalgama las diferentes formas folklóricas del este de Europa. Voces búlgaras, fanfarria de metales y el indispensable bombo, encarnan esos sonidos tradicionales bajo el electrizante prisma que impone este singular director musical con su guitarra y sus arreglos, que en todas las actuaciones reparte dinero en escena a los miembros de su orquesta.