Terrazas de museo

Arzábal Museo, la terraza del Reina Sofía, es ya una de las más animadas del verano.

Cualquier motivo es bueno para quedar en una terraza. Y si además es antes o después de disfrutar de una buena exposición, un concierto o una obra de teatro, pues mejor que mejor. En estas terrazas de los museos o centros de arte y cultura de Madrid las tardes se alargan y llenan de puro placer. Iremos buscando más rincones refrescantes para que tengas donde elegir este verano.

En el ático del Museo Thyssen-Bornemisza se abre El Mirador, con fabulosas vistas de Madrid.

La exposición del verano en el Museo Thyssen-Bornemisza será la de Caravaggio y los pintores del Norte (hasta el 18 de septiembre), y la terraza de los amantes del arte culinario, sin salir del museo, será la de El Mirador del Thyssen, ubicado en el ático del edificio, que abre solo en verano y solo para cenas. Desde este balcón de 250 metros cuadrados se tienen unas vistas fabulosas de Madrid, y en la mesa, platos tan veraniegos como el atún con salsa teriyaki o los carabineros en salsa de erizo.

¿Un Beach Club en Madrid? Pues sí: Las Terrazas del Thyssen son un respiro divertido para picar algo y tomar un cóctel.

Pero si te apetece algo más informal, Las Terrazas del Thyssen se han convertido en el Beach Club de Madrid (abiertas hasta las 1:30 h, lunes hasta las 16 h y domingos hasta las 19 h). Y es que con su decoración tan colorida, el frescor del jardín, las palmeras… es como si estuviéramos pisando la orilla del mar. Tiene mesas altas, sillones, se puede tomar un picoteo, cócteles, copas y han inventado un plan perfecto para las quedadas con amigas: Gin&Cakes. ¿Quién se resiste?

La terraza del Museo Reina Sofía es todo un vergel. ¿Y su carta? De picoteo castizo.

Un recorrido por la obra de Wilfredo Lam o rescatar el Arte Español de los años 40 es la propuesta veraniega del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Su terraza se adivina como la más in y animamada del verano, con 900 metros cuadrados rodeados vegetación, una carta con picoteo castizo (imprescindibles sus croquetas), copas y cócteles con sesiones de Dj, y una parrilla para preparar carnes y pescados a la brasa. Al frente de todo,  Álvaro Castellanos e Iván Morales, con el sello exitoso de “los Arzábal” y sus ganas de hacer que la gente disfrute tanto de la comida… como las fiestas antológicas que montan.

La Azotea del Círculo de Bellas Artes es ya todo un clásico del verano.

El Círculo de Bellas Artes es una parada obligatoria en verano porque su actividad cultural no descansa: exposiciones, cine estudio, conciertos… El edificio, creado en 1880, es una preciosidad. Y sus terrazas, arriba y abajo, de las más exclusivas. En La Azotea, con 700 metros cuadrados, abre cada verano el restaurante Tartan Roof, del chef  Javier Muñoz-Calero, con una atractiva cocina fusión y eco. Gente guapa, música chill out y todo el skyline de Madrid forman el ambiente de esta top terraza cada noche (hay que pagar 4 € para subir).

La Pecera, la terraza de abajo del Círculo, es el mejor lugar para ver la vida pasar en Madrid.

Abajo, la carta de tapas y cócteles de verano de La Pecera se puede tomar en la terraza que despliega en la calle de Alcalá, 42 un lugar fantástico para ver todo el ajetreo del corazón de Madrid. Pero es obligado entrar al comedor, con decoración neoclásica y repleta de obras de arte, para conocer por qué se le llama La Pecera. Su arquitecto, Antonio Palacios, fijó los petos de los ventanales que daban a la fachada de la calle Alcalá para que los socios de edad avanzada pudieran ver discretamente a la gente que paseaba. Desde la calle, solo se les veía la cabeza, como si fueran peces nadando en una pecera.

La Terraza Le Cabrera, en la Casa de América, tiene zona chill out para degustar cócteles al aire libre.

La Casa de América es un activo centro cultural ubicado en el Palacio de Linares, junto a la plaza de Cibeles, donde se difunde la cultura iberoamericana desde muy diversas y entrentenidas vertientes. Además, los primeros sábados de mes puedes apuntarte a las visitas teatralizadas al Palacio donde se recuerda su pasado fantasmagórico. En su terraza Le Cabrera se puede comer o cenar al aire libre, con carta mediterránea de Benjamín Bensoussan, chef del restaurante Cien Llaves, ubicado en el interior del palacio. En la zona chill out, con cómodos sillones, se puede disfrutar de una selecta y refrescante coctelería. Durante el verano programan fiestas teméticas, espectáculos de magia, conciertos y hasta sesiones de masaje.

La Terraza Magnética, en La Casa Encendida, cuenta con una amplia programación cultural.

La Casa Encendida, en Ronda de Valencia, 2 (zona de Embajadores), es un hervidero en verano, y no por el calor, sino por la oferta cultural que programa en su Terraza Magnética: los sábados por la noche, cine de verano; los domingos, conciertos experimentales, y de miércoles a domingos (de 16 a 21,30 h), una terraza solarium con un bar para tomarse unas copas con un picoteo informal y esa estampa de los tejados madrileños tan evocadora.

Muy cultural es también La Plaza de Matadero Madrid, siempre muy animada.

Matadero Madrid, en Legazpi, es uno de los centros de cultura contemporánea y alternativa más activa de Madrid cuya programación se multiplica en verano. Ofrece dos espacios gastronómicos. Uno es La Terraza del Café Teatro, en la plaza central, con una carta de modernos platos combinados, pinchos y bocadillos que se pueden consumir mientros asistes a alguno de las actuaciones gratuitas veraniegas de #LaPlazaEnVerano. El Patio de la Cantina de la Cineteca, junto a la sala de proyecciones, prepara platos ecológicos del restaurante Olivia Te Cuida para tomar antes o después del cine de verano.

Otro sitio imprescindible en Matadero Madrid es el Patio de La Cantina.