Hasta el 5 de agosto la Central de Diseño de Matadero Madrid acoge la última edición de Producto Fresco, una exposición que pretende mostrar los mejores trabajos realizados en el último año por los diseñadores de la región. La calidad está garantizada, ya que un comité selecciona los distintos proyectos presentados a través de una convocatoria abierta en la que pueden participar tanto los creadores consolidades como los estudiantes o las empresas.
Como muestra de su voluntad por hacer visible la cultura del diseño, el DIMAD -la asociación de profesionales y empresas del sector- se vuelca en esta iniciativa que pretende defender el producto “hecho en Madrid”. La cita nos invita a reflexionar en los retos de una industria que todavía tiene un amplio horizonte que explorar y que es parte sustancial de la identidad de una ciudad.
Uno de los proyectos que más llaman la atención de la muestra es el propio diseño expositivo, una suerte de cadena de montaje en madera que otorga el mismo protagonismo a cada una de las piezas elegidas y que ha sido desarrollada por Placton Design y Estudio Báltico. Nada más entrar nos encontramos con un jarrón de Álvaro Catalán de Ocón quien, conocido por sus coloristas lámparas de fibra natural, ahora nos sorprende con un terrazo creado por el mismo a partir de la combinación de botellas de cristal, mármol, cemento y resina coloreada. Justo al lado destaca la elegante butaca ‘Lily’, que lleva la firma de DSIGNIO y ha sido producida por Beltà, y una pieza de cerámica diseñada por los díez con motivo de la exposición sobre su trabajo que ahora mismo puede verse en el MNAD, ‘Los díez en los campos expandidos’.
Entre mis piezas favoritas se encuentra ‘Killing Objects’, de Carlota Rodríguez, sin duda la más poética de las propuestas. Se trata de una colección de objetos que van deshaciéndose hasta morir debido a la acción del usuario al regarlos -casi podría decirse que es la antítesis de la maceta y de la planta-. Mucho más prácticos son los ‘terxeros’, es decir percheros que cuelgan del techo y que han sido diseñados por Menez, (a mí esta idea me encanta porque me parece que ahorra mucho espacio y cuantas menos cosas haya por el suelo más fácil es barrer). O las sencillísima ‘Wood Waves’, un botellero de Clara Pérez Carmona que parece una delicadísima escultura de Isamu Noguchi.
Para los corazones sensibles destacan ‘Animal de compañía’, una lámpara de cuero que según su diseñadora, Mara Matey, podemos abrazar, o los también abrazables ‘Cottonfriends’ de Vanessa Soria Lima, muñecos tamaño persona con los que pasar las noches en las que nos sintamos solos. Por otro lado, si no contamos con demasiado espacio, Miguel Hernández Cañadas ha creado ‘Nimales’, un conjunto de figuras de cartón desmontables y coloreables.
Cabe destacar que este año la Asociación de Diseñadores de Extremadura, DIEX, ha participado con distintos proyectos en la exposición. Son particularmente hermosas la series de cerámica de Terracota Mérdia, tanto las que son un diseño propio inspiradas en las de la Antigüedad como las que llevan la firma de Carlos Sagrado y han sido elaboradas para el chef Carlos Madonado.
No cabe duda de que la virtud surge en muchas ocasiones de la necesidad. Tal es el caso de ‘El mejor salvavidas para el hogar’, un detector de humo fácil de instalar diseñado por el Equipo DTM. Baysys Technology bajo la supervisión y la iniciativa de los Bomberos de Madrid. Sin duda una pieza útil, sencilla y con posibilidades de desarrollo. Aunque a muchos nos parezca increíble, numerosas muertes podrían evitarse si en las viviendas tuviéramos colocado un objeto similar.
Bastantes de las piezas que el público puede conocer a través de la exposición, el catálogo y la web están a la venta. Sólo hay que ponerse en contacto con los diseñadores y las empresas.