En contra de lo que podría pensarse de cualquier evento que va ya por su vigesimosegunda edición, PHotoESPAÑA sigue conservando la misma frescura con la que comenzó. Como otras veranos, a la vez que redescubre a maestros clásicos propone nombres emergentes indiscutibles. En esta ocasión ha sido la comisaria Susan Bright la encargada de proponer al festival cinco exposiciones en torno a los conceptos de tradición y contemporaneidad. A continuación una brevísima selección de lo que, según mi parecer, nadie debería perderse.
El punto de partida puede ser el Ferán Gómez. Centro Cultural de la Villa, donde se presentan tres de las cinco muestras comisariadas por Susan Bright bajo el título de ¿Déjà vu?. “Me gustaría destacar las obras que se apoyan en las tradiciones e ideas del pasado para crear obras que son completamente relevantes para nuestros días. Estas obras pueden referirse de forma directa a las tradiciones o pueden estar moldeadas de nuevo, manteniendo la idea influyente, pero transmitiéndola de una forma más cercana a la afinidad o la alusión. No, obstante, para esta interpretación es fundamental el cambio en la forma de extender y usar la fotografía”. En Playground las finlandesa Elina Brotherus se muestra heredera del movimiento Fluxus con una serie de imágenes tomadas entre 2016 y 2018 en las que se evocan con humor las performances de artistas como George Brecht, John Cage and Yoko Ono. El canal discreto con ruido es el sugerente título que da nombre a una muestra compuesta por diez fotografías de Clare Strand que reflexionan en torno al lenguaje plástico. Y en O outro capítulo Delio Jasse reconstruye la historia político social de las colonias portuguesas a través de archivos y fotografías perdidas de dos familias.
Al otro lado del Paseo de Recoletos encontramos uno de los platos fuertes de esta nueva edición de PHotoEspaña. En la sala de la Fundación Mapfre se presenta la exposición dedicada a Berenice Abbott que ha comisariado la profesora y crítica de arte Estrella de Diego. Junto a los retratos que la fotógrafa estadounidense hizo de muchos de los intelectuales de París y Nueva York, entre los que se encuentran James Joyce, Jean Cocteau, André Gide o Djuna Barnes, vemos la construcción «en directo» de los grandes rascacielos de Manhattan, las casas de los obreros de Brooklyn, y una serie de imágenes científicas exquisitas realizadas para el laboratorio de investigación de la RCA, Camden, Nueva Jersey. Inserta como un diamente en este conjunto sobresale la sala que muestra las fotos de Eugène Atget, maestro francés de la fotografía cuyo legado preservó y difundió la propia Berenice Abbott. ¡Todas las copias son vitange!
Desde aquí podemos acercarnos sin mucha dificultad hasta el Espacio Fundación Telefónica, que este año participa en PHotoEspaña con la primera exposición monográfica en España del nonagenario artista William Klein. Alumno aventajado del pintor Fernand Léger, Manifiesto plantea la retroalimentación entre la pintura, la fotografía y el cine que se da en su heterodoxo y ecléctico trabajo. De los experimentos abstractos de principios de los años 50 a la fotografía callejera, y de su interés por el fotolibro a la plasticidad del dibujo.
Como siempre PHotoEspaña también dedica una atención especial a los creadores de nuestro país. A pocos metros de distancia de la Gran Vía, la Sala Alcalá 31 muestra el trabajo del artista Darío Villalba en una exposición que reúne todos sus encapsulados –fotografías de archivo ampliadas dentro de una burbuja de metacrilato– y que recuerda aquella que en el año 1974 se celebró en la Galería Vandrés. El título de Pop Soul se debe a Andy Warhol, que para referirse al trabajo de este autor imprescindible de la segunda mitad del siglo XX, dijo que hacía “pop con alma”.
Podríamos seguir enumerando un buen puñado de exposiciones interesantes de esta nueva edición de PHotoEspaña, pero yo me despido con la dedicada Rogelio López Cuenca en el Museo Reina Sofía. En Yendo leyendo, dando lugar se hace un repaso de la obra de este artista que desde los años ochenta ha indagado en el cruce de la poesía con las artes visuales y los medios de comunicación de masas. Apropiacionismo, comuflaje y parodia parecen ser las palabras que mejor describen una estética irreverente, crítica y urbana que hoy es más necesaria que nunca.