Dicen sus creadores que detrás de una joya se esconde un sueño. Tal vez una historia, un recuerdo, una emoción. Establecer una conexión especial entre una pieza y la persona que la lleva es la obsesión de diseñadores y orfebres. Por eso se hacen de forma artesana, una a una. Son collares, anillos, broches… Estas tiendas y talleres de Madrid te van a sorprender.
Almendro, 4. Metro: LA LATINA
En la joyería de Helena Rohner la pureza de sus líneas escultóricas están enraizadas en el estrecho vínculo que mantiene con el paisaje de las Islas Canarias, de donde es originaria. Llevar una de sus piezas es como adornarse con un rayo de luz o como lucir un mineral que estuviese modelado por la naturaleza. Helena, galardonada con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2015, está al frente de un equipo de joyeros artesanos con los que lleva trabajando 25 años. Sus colecciones, sensuales, atemporales y contemporáneas al mismo tiempo, giran en torno a la armonía, la pasión por el color y la variedad de materiales, que van desde la plata y el oro hasta la porcelana, la piedra, los tejidos y la madera. En sus diseños predominan las líneas puras.
Más que joyas las suyas son auténticas obras de arte. Carlos Pacheco proviene de una familia de orfebres con más de medio siglo de tradición artesanal joyera. Cada una de sus piezas es el fruto de muchas horas de trabajo y de una estrecha colaboración con artistas y firmas de diseño de prestigio internacional o con clientes particulares que saben apreciar la exclusividad y la calidad que en este taller ofrecen. Platino, oro, plata, bronce y latón se funden para crear objetos únicos y bellos.
Serrano, 84 . Metro: NÚÑEZ DE BALBOA
Barquillo, 34. Metro: CHUECA
Casi como un juego Mar Aldeguer creó esta firma de joyería, actual y asequible, que prescinde de las piedras preciosas y aprovecha la amplia variedad de color y tamaño que proporcionan las semipreciosas, utilizando plata de ley con baños de oro de diferentes tonalidades para lograr los acabados elegidos. Cada una de las piezas que componen sus colecciones está realizada de manera totalmente artesanal: todas las piedras se tallan una a una, con formas y tamaños especiales que recrean los dibujos, originales y exclusivos, de los diseños.
Celia es arquitecta. En su búsqueda por encontrar nuevas formas de crear algo arquitectónico se encontró un buen día con la joyería. Pronto descubrió la potente carga simbólica que encierran las joyas, pequeños objetos repletos de detalles y significados ocultos. Todas las piezas que salen de su taller, situado en el distrito de Retiro, tienen un porqué, un fin por el que han sido creadas. Son piezas que cuentan historias, nacidas a partir de una conversación, delicadas en apariencia pero cargadas de sentimiento. La sencillez y la naturalidad son marca de la casa.
Alameda, 4. Metro: ANTÓN MARTÍN / ESTACIÓN DEL ARTE
Cada temporada, una escena, una historia, una invención. Para Maite Tejedor, diseñadora, cada colección es la puesta en marcha de un universo singular. Ella y su equipo eligen una temática, sueñan y se pierden en ella hasta encontrar los personajes adecuados y el hilo conductor. Su propósito es recopilar emociones y darles forma para compartirlas. En Ginger & Velvet seleccionan materias primas procedentes de nuestro país y las moldean y tratan artesanalmente en su propio taller, donde trabajan cada una de las piezas a mano. Además de su multiespacio de la calle Alameda, cuentan con una flagship store en la calle León, 22, también en el Barrio de las Letras.
Pelayo, 8. Metro: CHUECA
Puede ser una película, una canción, una ciudad… Cualquier cosa puede servir de resorte a Ainoa Casullas Corres, fundadora de esta firma cuyo objetivo principal es crear joyas atemporales, independientemente de las tendencias del momento. A ella le interesa crear productos con personalidad propia, con los que el cliente pueda llegar a establecer una conexión especial. El trabajo que realiza es minucioso: cada pieza se fabrica de forma totalmente artesana, una a una. Latón, plata, bronce y oro sirven para crear objetos únicos, a los que alguna vez incorpora alguna piedra natural. El proceso de creación sigue técnicas tradicionales, requiere de tiempo, cariño y de la destreza de mano de obra muy especializada.
Doctor Fourquet, 39. Metro: LAVAPIÉS
Los colgantes, brazaletes y pendientes que Maku Martínez crea en su taller son piezas únicas. Domina las técnicas de laminación, soldado, estampación, engastado, tallado y pulido de la plata, la elaboración de cotas de malla y la lapidación. Se inspira en el arte navajo y la joyería bohemia. “Me encanta coger mi soplete y soldar, disfruto tanto con ello que me pasaría horas sin soltarlo”, comenta.
Amparo, 94. Metro: EMBAJADORES
Sandra Pampín y Gimena Caram son las fundadoras de esta escuela de joyería que ofrece cursos para todos los niveles. Un taller que es el resultado natural de la pasión y la energía que las dos sienten por el diseño, los procesos creativos y las técnicas. Además, en su espacio de la calle del Amparo, muy cerca de La Casa Encendida, organizan exposiciones y tienen un pequeño punto de venta.
San Gregorio, 21. Metro: CHUECA
Formado por los hermanos Entío, una familia con larga tradición en el oficio de la joyería, este taller se dedica a la restauración, adaptación y creación de piezas únicas. Son expertos en piedras preciosas, pero consideran que el lujo no debería ser privilegio de unos pocos, sino un placer al alcance de la mayoría. Eligen muy cuidadosamente los materiales y trabajan sobre ellos empleando técnicas centenarias para lograr resultados espectaculares.
Plaza Guardia de Corps, 1. Metro: NOVICIADO
Bajo el lema de “hecho para disgustar” las sorprendentes anillos, broches o colgantes de Feeas (Remedios Vincent) no dejan a nadie indiferente. Son todo piezas únicas montadas en el taller de Conde Duque a partir de objetos encontrados que, de esta forma, tienen una segunda oportunidad.