Carnicería. España, principios del siglo XX. Colección Santos Lloro.

Además de atiborrarnos a mazapanes y polvorones, entre las licencias que nos debemos permitir cada Navidad, está la de volver a soñar con los juegos y los juguetes de la infancia. Una exposición en el Real Jardín Botánico y el festival Madrionetas nos hablan del maravilloso simulacro de la realidad que esconde el mundo de los niños, un mundo que también nos pertenece a quienes queremos mantener intacta nuestra capacidad de asombro.

Bajo el título de Miradas ingenuas, se presentan en el Real Jardín Botánico dos colecciones complementarias: la de los juguetes antiguos que ha reunido Javier Santos Lloro y la de las obras del artista e ilustrador Antonio Santos. Como podríamos deducir por el apellido, su vínculo va mucho más allá de esta exposición y no sólo son hermanos el uno del otro, sino además sobrinos de Ángeles Santos, a la que muchos conocemos por haber pintado en 1929 Un mundo, ese extraño cuadro que podemos ver en el Museo Reina Sofía.

El colectivo. 1996. Antonio Santos.

Juego de bolos. España, h. 1936-1939. Colección Santos Lloro.

Hace poco más de un año la Fundación Juan March planteó con su exposición El juego del arte, comisariada por Juan Bordes, un origen alternativo de las vanguardias en las nuevas pedagogías de los siglos XIX y XX. Pero el enfoque de la actual propuesta de Carlos Grassa Toro, que acompaña la muestra con una serie de textos poéticos, es diametralmente distinto. En Miradas ingenuas los juguetes son fundamentalmente un fiel reflejo de los valores y las costumbres de una sociedad y por lo tanto documentos etnográficos excepcionales. Seguramente para buena parte del público, lo más curioso sea descubrir la propaganda política y el adoctrinamiento infantil explícito en muchas de las piezas, como el bebé falangista, La Oca protagonizada por los maquis, o los cuadernos escolares de una niña que de un año para otro pasó de dibujar el puño en alto a escribir loas a Franco. Pero además hay muñecas de trapo, cartón o papel maché, caballitos y trenes, dioramas que representan casas, tiendas, el circo o los toros, cabezudos, bolos y teatros de guiñol. Si estos objetos nos hablan de cómo la vida se cuela en los juegos y juguetes, las obras de Antonio Santos que completan el recorrido nos hablan de como los juegos y juguetes se cuelan en el arte. Muchas de sus esculturas podrían ser las piezas de un mecano o las marionetas de un espectáculo, el espectáculo de la ciudad en la que vive, como si estas se hubieran escapado de las vitrinas contiguas o de alguna de las funciones del festival Madrionetas.

Paseo dominical. 2010. Antonio Santos.

Juguete japonés. Japón, década de 1920. Colección Santos Lloro.

Decía el escritor Charles Nodier que «el títere más antiguo es la primera muñeca puesta en las manos de un niño» y que «el primer drama nace del monólogo, mejor dicho, del diálogo que sostiene el niño y su muñeco». Tal vez sea por culpa de esta genealogía -a mi entender la más hermosa e ilustre de todas las posibles-, por lo que asociamos el teatro de figuras con los niños. Pero recuperar esta mirada ingenua (y no tan ingenua), licencia que al menos nos deberíamos permitir en Navidad, nos hará ver que absolutamente todos los temas caben en el cajón de las marionetas, porque en definitiva el juego infantil y su maravilloso simulacro de la realidad son el antecedente de todas las artes escénicas y de todos los retos de la vida.

Uniko. Cia. Teatro Paraíso.

Estrella. Cia. Marie de Jongh Teatroa.

Para demostrárnoslo, desde hace tres años, el teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, organiza Madrionetas, el festival de marionetas que trae a Madrid una selección de lo mejor que se está haciendo en España. Entre el 23 de diciembre y el 3 de enero parte de su programación podrá verse en las salas Guirao y Jardiel Poncela, y parte en el Teatro de Títeres de El Retiro. Estrella (Cia. Marie de Jongh), La Principita (Cia. Teatro Clásico de Sevilla), Orfeo (Cia. La Canica Teatro), Uniko (Cia. Teatro Paraíso), Azafrán y Serafín (Cia. Txo Titelles) y Los tres cerditos (Cia. Teatro Arbole) son los títulos seleccionados en esta edición 2020-2019. Feliz Navidad y próspero año nuevo.

Muñecas. Francia-Italia, tercer tercio del siglo XIX. Colección Santos Lloro.

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