Rolling Dance & Burger.

Siempre he encontrado muy cómodo vivir cerca de las estaciones de tren, que abiertas desde primera hora de la mañana hasta el final del día, ofrecen todo tipo de servicios esenciales. Pero la de Chamartín ofrece mucho más. En 1975 se inauguró como una ciudad flotante sobre la playa de vías y desde entonces, bajo sus características bóvedas rojas, hay un hotel, una bolera, una disco, una pista de patinaje sobre ruedas, un gimnasio y varios restaurantes. En los noventa hubo también una sala de cine, que hoy ocupan los platós de Meeu con uno de los cromas más grandes de Madrid. Hagamos o no escala en la estación de Chamartín-Clara Campoamor, visitarla como si fuese un parque de ocio puede ser un plan de mañana, tarde y noche, en pareja o con toda la familia. Desde Atocha, Sol o la Terminal Cuatro se tarda sólo 15 minutos en tren de cercanías.

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