Desde su estreno en 2011, este texto, inspirado en el Libro de la Vida de Teresa de Jesús, no ha dejado nunca de representarse. Dos años después y gracias al mismo, Juan Mayorga fue reconocido con el Premio Nacional de Literatura Dramática. A partir de hoy, todos los lunes hasta el 27 de diciembre, podremos verlo en el Teatro del Barrio.

Pocos personajes ha habido en la historia de España tan controvertidos como Teresa de Jesús. Su poesía y su prosa, transparentes y al mismo tiempo salpicadas de paradojas, siguen siendo un modelo para escritores de distintas generaciones. Fundó la orden de las Carmelitas Descalzas y levantó conventos por toda Castilla; recuperó los aspectos más exigentes de la regla monástica; hizo de la oración un ejercicio de fuerza y sometimiento; fue perseguida y finalmente santificada. Su éxtasis, representado a través de numerosas obras de arte, se convirtió en un símbolo de piedad y deseo, amor y ofrecimiento. Teresa de Jesús, también conocida como Santa Teresa de Ávila, ha fascinado a las izquierdas y a las derechas. El propio Franco quiso dormir junto al brazo incorrupto de la que había sido considerada en vida una peligrosa heterodoxa. Cuando el dictador murió, la Iglesia de la Merced de Ronda pidió inmediatamente su devolución. ¿Pero quién fue realmente Teresa de Jesús? ¿Quién puede provocar reacciones tan apasionadas? Esto es precisamente lo que se pregunta Juan Mayorga con La lengua en pedazos.

Guiada por una fe ciega, Teresa -tal vez una fanática, una visionaria o ambas cosas a la vez- no tiene miedo a las represalias. Sortea como siente las preguntas del inquisidor, en lo que podría ser la clásica escena de interrogatorios del cine negro. Pero la posibilidad de transformar la realidad a través de la palabra hace que el texto alcance cotas elevadísimas de belleza y complejidad. Lo que empieza siendo un debate sobre derechos y deberes, y sobre el pasado -ciertamente sospechoso de Teresa-, acaba convirtiéndose en un diálogo sobre la trascendencia y el poder de la literatura. Ella representa la intuición, la fe y la resistencia, inamovible en sus decisiones -que no son suyas sino de Dios-. Él es la duda, la razón y el miedo, cuando le dice: He aprendido que la mística es el disfraz que suele tomar la subversión.

Teresa es Clara Sanchís, que ya encarnó a Teresa hace diez años. Daniel Albadalejo tiene el papel de inquisidor. El propio Juan Mayorga dirige esta producción sencilla en la que no sobra ni falta nada y en la que el texto -dicho de manera extraordinaria- tiene todo el protagonismo. Al igual que los clásicos La lengua en pedazos puede interpretarse una y mil veces, y de una y mil maneras distintas. Volverá muchas veces y siempre, dependiendo de cuando y cómo la veamos, nos parecerá diferente.

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