Parque de El Retiro. © Álvaro López del Cerro.

Si has llegado a Madrid o piensas venir pronto a vernos, ¡te proponemos un reto! Para que tu visita sea, además de cultural saludable, te proporcionamos unas cuantas ideas para que pongas tu contador a cero y alcances los 10.000 pasos -o 7.000 según los últimos estudios- que harán que te sientas mejor. Para hacer estas rutas a pie calcula un mínimo de una hora. Si tardas más es que habrás encontrado por el camino muchas cosas que ver.

KILÓMETRO CERO

Antes de comenzar a caminar, no olvides pasarte por el Kilómetro Cero situado en la Puerta del Sol. La que es una de nuestras plazas más famosas y concurridas está en obras, pero merece la pena que te acerques pues esta será tu salida simbólica. Mira hacia el suelo y busca la placa que indica el comienzo de las carreteras radiales de España o, lo que es lo mismo, los antiguos caminos de postas. Te damos una pista: está justo delante de la Casa de Correos. Fue colocada a mediados del siglo XX y está hecha en granito y latón.

EL PAISAJE DE LA LUZ

Museo Reina Sofía. Foto: Joaquín Cortés / Román Lores

No te vamos a engañar: podrías dedicar un día entero, o varios, a recorrer de principio a fin el Paisaje de la Luz, que se articula en torno al Paseo del Prado. Nuestro punto de partida recomendado es el Museo Reina Sofía y el final la Puerta de Alcalá desde donde puedes acceder al parque de El Retiro para descansar o iniciar un nuevo itinerario sin salir del área catalogada como Patrimonio Mundial por la UNESCO en la categoría de Paisaje Cultural por la importancia de aunar en un mismo espacio urbano naturaleza, ciencia y cultura. Antes de comenzar tu ruta conviene que repasemos un poco la historia.

Fuente de Apolo. © Álvaro López del Cerro).

Aunque para situar sus orígenes hay que remontarse hasta el siglo XVI lo cierto es que fue en el XVII cuando comenzó la transformación de toda esta zona. Quien así lo quiso fue el rey Carlos III, que planeó embellecer la ciudad dando forma al paseo del Prado, primer ejemplo de alameda urbana de Europa, con estética neoclásica, como buen ilustrado que era. El monarca ordenó unificar sus tres tramos -los prados de Recoletos, San Jerónimo y Atocha- mediante la plantación de árboles, la canalización del arroyo que los recorría y la inclusión de fuentes. Si vienes desde el Museo Reina Sofía te encontrarás primero con la de la alcachofa, que es una réplica en broce de la que se encuentra en el parque de El Retiro. Después, verás las de las Cuatro Estaciones, dedicada a Apolo, dios griego de las Bellas Artes y de la luz, Neptuno y Cibeles.

Cuesta de Moyano

Es la luz, la razón, la que vertebra esta zona en la que destacan instituciones culturales más o menos recientes, como el Museo Reina Sofía, el CaixaForum, con su espectacular jardín vertical, o el Museo Thyssen-Bornemisza, pero sobre todo históricas, como el Real Observatorio de Madrid, el Real Jardín Botánico, en uno de cuyos laterales podrás curiosear en los puestos de libros de la Cuesta de Moyano -que sí, que está en cuesta-, y, por supuesto, el Museo del Prado.

Puerta de Alcalá

Desde aquí a la plaza de Cibeles hay ya solo un pequeño paseo. Si subes por la calle de Alcalá, llegarás a uno de nuestros monumentos más famosos, la puerta de Alcalá, delante de la cual podrás hacerte una foto. Es hora en este momento de adentrarse en el parque de El Retiro, jardines ideados por el conde-duque de Olivares para el disfrute de Felipe IV. Fue Carlos III quien permitió la entrada al público para su uso recreativo. Aquí te recomendamos una ruta para descubrir sus esculturas más representativas.

DEL MADRID DE LOS AUSTRIAS A LAVAPIÉS

Palacio Real

Comenzamos el paseo delante del Palacio Real, en la Plaza de Oriente, una de las más arboladas de la ciudad, rodeada por los Jardines del Cabo Noval y de Lepanto. Desde allí seguimos por Bailén hasta la calle Mayor para acercarnos a ver los restos de la muralla árabe en el Parque del Emir Mohamed. Después podemos subir por la Cuesta de los Ciegos -una escalera en zigzag a los pies del viaducto con ¡254 escalones!– hasta el Jardín de las Vistillas, donde se celebran cada año las tradicionales, y muy castizas, fiestas de agosto.

Jardín del Príncipe de Anglona

Por la calle de San Buenaventura alcanzamos la Real Basílica de San Francisco el Grande, en cuya cara sur se abre un jardín con 21 variedades de rosas, que florecen entre los meses de mayo y junio.

Jardines de San Francisco. © Álvaro López del Cerro

Por la carrera de San Francisco continuamos hasta la Plaza de los Carros y desde allí a la Plaza de la Paja y al delicioso Jardín del Príncipe de Anglona, que formó parte del palacio que se levanta al lado. Es uno de los pocos jardines nobiliarios del siglo XVIII que se conservan en la ciudad. Cuenta con unos 800 metros cuadrados y trazado neoclásico, estructurado a partir de un parterre en crucero dibujado con setos bajos de boj. ¡Es ideal para hacer un alto en el camino!

Jardines del Museo Reina Sofía (Foto: Joaquín Cortés / Román Lores).

Antes de abandonar el Madrid de los Austrias nos acercamos a la calle del Almendro, que conserva restos de la muralla cristiana, para salir más tarde hacia la plaza de Puerta Cerrada y Tirso de Molina, con su Mercado de Flores. Cruzamos el barrio de Lavapiés hasta El Casino de la Reina, que fue un regalo del Ayuntamiento a Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII y hoy es un parque público. Por último nos acercamos hasta la calle Doctor Fourquet, muy cerca ya del Museo Reina Sofía, para visitar el huerto urbano “Esta es una Plaza”. Tampoco es mala idea adentrarse en el museo, que dispone, en el corazón mismo del Edificio Sabatini, de un espléndido jardín decorado con dos fuentes neoclásicas y esculturas firmadas por Alexander Calder, Joan Miró y Eduardo Chillida.

DE MALASAÑA A CHAMBERÍ

Plaza del 2 de Mayo

Para este tercer itinerario partimos de la Plaza del Dos de Mayo, epicentro del barrio de Malasaña, presidida por el monumento que rinde homenaje a Daoiz y Velarde, dos de las figuras más relevantes del levantamiento del pueblo de Madrid contra el ejército francés durante la Guerra de la Independencia. Ya sabemos que es el principio de la ruta, pero seguro que ves a mucha gente haciendo deporte en sus tramos de escaleras. ¿Te animas? Si no, siempre puedes seguir hasta los Jardines del Arquitecto Ribera, diseñados para facilitar la conexión entre las calles Barceló y Beneficencia con arbolado de sombra, fuentes y zona de juegos infantiles.

A pocos metros, en la calle de San Mateo, se encuentra el Museo del Romanticismo, que tiene un precioso jardín interior. Desde aquí tomamos la calle Fernando VI hasta la Plaza de las Salesas, presidida por la espectacular iglesia del mismo nombre, y damos la vuelta al antiguo monasterio para aparecer en la Plaza de la Villa de París, sede del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional. Por la calle Orellana seguimos hasta la Plaza de Santa Bárbara, conocida por sus terrazas y cafeterías, y por la Glorieta de Alonso Martínez abandonamos la almendra central para cruzar al distrito de Chamberí.

Jardines del Museo Sorolla

Nuestra primera parada es la Plaza de Olavide, un área peatonal ajardinada. En la avenida General Martínez Campos encontramos los jardines del Museo Sorolla, que fue la casa del artista. ¡Son preciosos! Cuando el pintor valenciano compró el inmueble quiso prestar especial atención a este lugar al descubierto, ya que tenía intención de trabajar al aire libre. Está dividido en tres espacios. El primero está inspirado en el Alcázar de Sevilla y el segundo en el Genaralife de Granada. El tercero es pura luz, con un estanque con una fuente, la de las Confidencias, y una pérgola. Puedes acabar tu ruta aquí o continuar hasta los jardines del Canal de Isabel II y visitar su sala de exposiciones circular. Es de las más bonitas de Madrid.

MADRID RÍO

Madrid Río

Desde la Estación de Príncipe Pío, hoy reconvertida en un megaespacio teatral en cuya cartelera nunca faltan los musicales, hasta esa ciudad para el arte contemporáneo que es Matadero Madrid, las orillas del Manzanares ofrecen un paseo con estupendas panorámicas y numerosas áreas verdes. Atención: ¡aquí hay mucha fauna que ver! Ante ti aparecerán ejemplares de garza real, martín pescador, gaviotas, abubillas, ánades reales… Todo ello gracias a la renaturalización del río madrileño.

Huerta de la Partida. © Álvaro López del Cerro

De norte a sur se irán sucediendo a tu paso escenarios verdes fantásticos, con la Huerta de la Partida, que forma parte de la Casa de Campo y que tiene un mirador desde donde podrás contemplar el skyline más clásico; el entorno de la Ermita de la Virgen del Puerto, los jardines del Puente de Segovia, los jardines del Puente de Toledo, el Parque de la Arganzuela o el Invernadero de la Arganzuela, un espectacular jardín botánico construido entre los años 1908 y 1928 con más de 900 variedades de plantas.

Puente de Toledo

A lo largo del recorrido por Madrid Río encontrarás diez zonas infantiles con columpios, tirolinas y balancines. Cuenta, además, con una playa artificial, numerosas fuentes, y es ideal para montar en bici o pasear en patines. Si vamos con tiempo podemos desviarnos hasta el Cementerio de San Isidro, un impresionante conjunto monumental, desde donde además se obtiene una amplia perspectiva del centro de la ciudad.

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