Bajo la noche de la cultura

La Terraza Magnética.

Cuando llega el verano, en los parques, azoteas y jardines se habilitan terrazas que hacen más llevaderas las noches de calor. Algunas ofrecen conciertos, charlas y sesiones de cine, otras recuerdan a las verbenas de los barrios populares. La noche en Madrid siempre es joven, pero durante los meses de junio, julio y agosto todavía lo es más.

Sueños en la azotea

Son muchas las azoteas que durante todo el año ofrecen un servicio de hostelería en Madrid. La del Círculo de Bellas Artes es una de las más conocidas, pero además están la Terraza 360º del Edificio España o Gynkgo Sky Bar, entre otras. Algunas, inauguran sus piscinas en estas fechas, como la del Hotel Oscar, la Casa Suecia y el Hotel Emperador, pero la única que ofrece una programación cultural entre las nubes y los ángeles que revolotean sobre la capital es la La terraza magnética de La Casa Encendida. Los meses de julio y agosto, todos los sábados programa un concierto y todos los domingos una película -este año estarán vinculadas a la exposición Criaturas vulnerables, que puede verse allí mismo-. La programación se anunciará a mediados de junio.

Olivar de Castillejo.

Jardines nocturnos

El Jardín Botánico de la Universidad Complutense de Madrid acoge uno de los programas más potentes de conciertos durante estos meses. Entre junio y julio pasarán por su escenario Miguel Poveda, Patti Smith o Diana Krall, entre otros artistas muy conocidos. Hay sin embargo otros jardines más pequeños -algunos de ellos incluso desconocidos para la mayoría de vecinos- que en las mismas fechas proponen noches de música y cine para audiencias reducidas. Cuando cae la tarde, el Olivar de Castillejo -la antigua finca de recreo de uno de los pedagogos más influyentes en España durante la Edad de Plata- acoge recitales íntimos de música clásica, en una exquisita programación que comienza a mediados de junio y termina a mediados de septiembre. Por su parte, la Casa Museo Lope de Vega ofrece en julio (días 7, 14, 21 y 28) cuatro sesiones de cine clásico en el jardín que fuera el huerto del Fénix de los Ingenios (la entrada es gratuita pero hay que reservar a partir del martes 6 de julio); durante todo el verano, los sábados y domingos, el jardín del edificio del Museo Reina Sofía también se convierte en un cine de verano y en el patio del Instituto Francés -donde también podemos tomar algo- se proyectarán seis películas de autor, entre los que no faltan Jacques Demy, Alain Resnais y Claude Chabrol.

Jardín de la Casa Museo Lope de Vega.

Cines de verano

Y así llegamos a uno de los mayores placeres del verano: el cine bajo las estrellas. Fescinal, en el parque de la Bombilla, es el que se dirige a un público más heterogéneo. Cuenta con dos pantallas y algunos días llega a programar hasta tres sesiones seguidas. Los martes son noches de Versión Original y los miércoles de coloquio. En su ciclo “Cine caliente”, que forma parte de los Veranos de la Villa, invita a gente conocida de la cultura a comentar en directo una de sus películas favoritas y habrá tres días para ver cine con música en directo. También presenta estrenos de este año y películas para niños, y si se te olvida el bocata en casa cuenta con puestos de comida. Además, el Autocine Madrid Race, que está abierto durante todo el año, en verano coloca unas tumbonas para disfrutar al aire libre del séptimo arte y la Cineplaza Matadero se convierte en una sala de proyección durante agosto, cuando se cierra Cineteca, con un cartel que sólo incluye películas que antes no se habían estrenado en Madrid.

Fescinal en el Parque de la Bombilla.

A parte de los que aquí incluimos, en distintos barrios de Madrid es posible encontrar otros espacios culturales propios del verano, como por ejemplo el festival de cine que desde hace unos años organiza la Junta de Ciudad Líneal en el Parque Calero. También hay otras iniciativas más pequeñas, que iremos descubriendo -a veces sin esperarlo- poco a poco y la programación de Veranos de la Villa, que se va a presentar próximamente.

Cine Plaza Matadero