
Don Juan Tenorio en el Museo del Romanticismo. Compañía Theaomai.
El viernes 31 de octubre las salas del Museo del Romanticismo serán el escenario del El Tenorio de Zorrilla. La Compañía Theaomai, dirigida por Sergio Santiago Romero, ha elegido cinco escenas clave para hablarnos del deseo, el poder y el consentimiento.
No se trata de una visita teatralizada, sino de teatro clásico en un ambiente histórico. Que nadie espere gente disfrazada hablándonos como si no nos diéramos cuenta. Las cinco escenas de Don Juan Tenorio de Zorrilla se representan enteras, sin cambiar prácticamente una coma, como se harían en cuanto se abriera el telón. El burlador seduce a jóvenes ingenuas y, una vez conquistadas, busca su siguiente presa. Se ha escrito mucho sobre Don Juan, personaje al que dieron voz también Tirso, Molière, Mozart… convertido en un mito que sigue aún vivo, tan vivo como la expresión, quizá algo machista: “estás hecho un Don Juan”.
Ya en vida de Zorrilla, representar Don Juan Tenorio la Noche de Difuntos se convirtió en una costumbre muy habitual en los teatros españoles. Fue una lástima que el autor, sin saber el éxito en el que se convertiría su obra, hubiera vendido los derechos económicos y los últimos años viviera con grandes escaseces. Ahora que en la ciudad de Madrid solo el Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa lo recuerda cada año con una lectura dramatizada, el Museo del Romanticismo recupera esta tradición como homenaje al gran dramaturgo de su generación, la de los románticos.

Don Juan Tenorio en el Museo del Romanticismo.
Se trata de un montaje de pequeñas dimensiones, pero gran ambición intelectual. Un guía nos conduce por los ámbitos de este antiguo caserón decimonónico. Paso a paso, nos va introduciendo en el ambiente lúgubre y obsceno de un drama, que a la luz del siglo XXI, también nos habla de la violencia de género. La versión que podemos disfrutar en el Museo del Romanticismo tiene mucho de Las amistades peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos, llevada al cine en varias ocasiones, o del microteatro que tanto éxito cosechó hace una década.
Los actores se desenvuelven sin problema en las distancias cortas. Es emocionante sentirles respirar tan cerca, a uno o dos metros del público, o decir el verso con una naturalidad asombrosa. Sergio Santiago Romero decidió ambientar la historia en el siglo XIX, el mismo siglo en el que se escribió esta historia que todos conocemos. Para ello ha sido fundamental la colaboración del Teatro de la Zarzuela, que ha prestado los trajes para la ocasión.
Los distintos pases de la función tendrán lugar el viernes 31 de diciembre, entre las 19 y las 20:30 horas. Es imprescindible contar con una entrada, que puede adquirirse a partir del martes 28 a las 11 horas en la web del Museo del Romanticismo. Los espectadores saldrán entusiasmados, por lo que espero que la iniciativa de traer el teatro a las salas de la exposición permanente se repita en más ocasiones.