El Rastro: clásico, retro y vintage

Eugenia Maleo y Sonia Rodríguez en La Europea.

Los madrileños,  muy chulos nosotros, decimos que si algo no puede encontrarse en El Rastro sencillamente no existe. Y más de una vez han aparecido tesoros artísticos de incalculable valor junto a quincalla y muebles viejos. Hoy he venido a tiro fijo y todo lo que voy a enseñarte tiene una calidad extraordinaria. 

Nuestra primera parada es La Europea. Cuando hace 8 años Eugenia Maleo y Sonia Rodríguez abrieron su tienda en la plaza de Vara del Rey, la palabra vintage no era muy popular en las calles de Madrid. Ellas, con una larga trayectoria profesional en el mundo de la moda, la decoración y el diseño, trajeron al barrio de La Latina un estilo que a veces sonaba muy francés, como sus aparadores y consolas decapé, y otras veces muy nórdico, como sus muebles de oficina. Aquí podemos encontrar extraordinarias mesas de madera que han pasado más de un verano bajo el sol de la Provenza y lámparas articuladas que algún diseñador meticuloso imaginó junto al mar Báltico. Los términos “almoneda”, “tienda de muebles” o “de decoración” se quedan cortos para este espacio en el que los objetos, como me explica Eugenia, “se quieren pese a tener orígenes distintos”, y crean un ambiente familiar hasta hacernos sentir que estamos en la casa de un viejo amigo. De vez en cuando, Sonia y Eugenia se suben a la furgoneta rumbo al norte, la cargan de piezas exquisitas que compran en ferias y anticuarios de toda Europa, y luego vuelven a su luminosa tienda de la plaza de Vara del Rey que, según sus palabras, “nos gusta porque, siempre tan tranquila, parece un pueblo”.

Carlos López en L.A. Studio.

Si La Europea es la quintaesencia del viejo continente, L.A. Studio, nuestra siguiente parada, tiene algo futurista. En un garaje de 700 metros cuadrados, se exhiben lámparas, sofás, butacas, mesas, sillas o espejos que ilustran la historia del diseño con piezas de los años 40, 50 y 60 fundamentalmente. Al frente de este inmenso catálogo está Carlos López, hijo y nieto de anticuarios, que me explica cómo ha cambiado el negocio en tres generaciones: “mis abuelos vinieron de Zamora en el año 42 y abrieron un local en la calle Mira el Río Baja, donde vendían obras de alta época, siglos XVI y XVII. Mientras que mis padres, en sus galerías de las calles Colón y María de Molina, se especializaron en mueble francés del XVIII y del XIX. Yo he vuelto al Rastro, pero para recuperar el diseño del siglo XX”. El 90 % de lo que puede encontrarse en L.A. Studio viene del extranjero, como unas lámparas de latón con forma de palmera que un día decoraron la entrada del casino de Niza. Entre biombos y un mueblebar retro es fácil toparse a realizadores de tele y directores de cine en busca de inspiración, como Pedro Almodóvar, que encontró aquí atrezo para sus películas Los abrazos rotos y La piel que habito.

Félix Malfeito en Tabla y Lienzo Antigüedades.

Hay quien busca cromos, fósiles, animales disecados, primeras ediciones, medallas de guerra, joyas, juguetes antiguos o pintura. Prácticamente todo puede encontrarse en El Rastro, pero entre tanta abundancia no siempre es fácil ver obras de verdadero interés. Sin embargo en nuestra última parada, Tabla y Lienzo Antigüedades, todo es excelso. Su dueño, Félix Malfeito, lleva 25 años en el Mercado Puerta de Toledo y es uno de esos fanáticos del arte que, como si tuviera rayos X en los ojos, descubre pinturas de gran valor que luego muestra en su galería, junto a muebles soberbios con mucha historia. Por aquí han pasado cuadros de Pinazo, Alenza, Sorolla e incluso uno atribuido a Murillo. En este museo secreto, lleno de tesoros y sorpresas, acaba mi post de hoy. Recuerda que las tiendas de El Rastro abren también entre semana y que además de estas direcciones, hay almonedas, anticuarios y galerías para todos los gustos. Si has disfrutado con este paseo, no dejes de visitar también las míticas Galerías Piquer y las Nuevas Galerías, ubicadas en dos pintorescos patios de la Ribera de Curtidores.