Como cada año la Semana del Arte es la excusa perfecta para acercarse a Madrid. Además de la feria internacional ARCO, en la que participan galerías de más de 30 países, coinciden en la ciudad Just Mad, Art Madrid, Drawing Room, Hybrid Art Fair y Urbanity Art, cada una con su propia personalidad. Sin embargo con tanta oferta, a veces pasan inadvertidas las exposiciones que complementan la agenda madrileña estos días. Aquí van otras recomendaciones.
Un paseo a lo largo de las calles Alcalá y Gran Vía puede comenzar en la Casa Árabe, donde en estos momentos muestra su trabajo la artista madrileña Clara Carvajal que en Dioses de frontera reflexiona en torno a la memoria visual del Líbano a través de los archivos de tres importantes colecciones de fotografía del país.
Justo a continuación, un pequeño desvío por el Parque de El Retiro nos conduce al Palacio de Velázquez, donde se presenta una retrospectiva Mario Merz. Con un fuerte sentido del humor y materiales industriales, el artista povera revisó en las décadas de los sesenta y setenta el concepto mismo armonía -el número y la proporción- que tan importantes habían sido para la cultura italiana desde el Renacimiento.
De regreso al eje Alcalá-Gran Vía, en el Palacio de Cibeles, destaca por su delicadeza la exposición de la coreógrafa y performer Rosana Antolí, que convierte pequeños movimientos del cuerpo en obras de un enorme potencial expresivo.
Más adelante, la muestra temporal de la Sala Alcalá 31 está dedicada, un año más, a una colección latinoamericana, algo que ya se ha convertido en una tradición durante estos días en los que Madrid recibe a numerosos galeristas y compradores. En esta ocasión le llega el turno a Gran Sur: arte contemporáneo chileno en la Colección Engel. Se trata de una exposición relevante a tenor de la crisis social que ha atravesado el país latinoamericano el pasado otoño.
En la Gran Vía es necesario hacer una parada en el Espacio Fundación Telefónica, donde está la exposición Bill Viola. Espejos de lo invisible, que repasa la trayectoria de uno de los más importantes creadores del videoarte.
Desde aquí puede completarse el paseo acercándose primero a The space next door, en el barrio de Chueca, para ver la exposición del fotógrafo Luis Gaspar y los pintores Teresa Gancedo e Íñigo Navarro, que bajo el título de La Esperanza de Occidente, abordan la manera en la que el misterio sigue envolviendo nuestra percepción de la realidad. (Es imprescindible concertar cita previa para visitarla). Y más adelante, si se sigue por los boulevares hasta la Casa de México, en la exposición Con Aire Popular que se inaugura el 29 de febrero.
Otro recorrido puede discurrir a lo largo del eje Prado-Recoletos-Castellana, donde se encuentran algunas de las instituciones culturales más prestigiosas de la ciudad. En el Museo Reina Sofía hay que ver la antológica de la artista austriaca de étnia gitana Ceija Stojka, que cuenta en primera persona algunos de los acontecimientos más dramáticos del siglo XX.
Más adelante, el Museo Thyssen-Bornemisza acaba de inaugurar una extraordinaria exposición dedicada a Rembrandt y al retrato en Ámsterdam 1590-1670. Aunque se trate de un pintor que desde hace décadas forma parte del canon, nunca es tarde para insistir en la radical modernidad de su pintura. Y lo mismo podemos decir de la propuesta de la Fundación Mapfre con Rodin-Giacometti. Ambas son el mejor antídoto ante las veleidades de una contemporaneidad frívola, en la que no caen ni La sangre no es agua, la exposición de retratos de Pierre Gonnord que puede verse hasta el domingo en la Arquería de los Nuevos Ministerios, ni Museo de Pasiones, con dos site-specific que el artista Javier Viver ha instalado en la Fundación Lázaro Galdiano y en la Capilla de los Arquitectos de la Capilla de San Sebastián.
Por supuesto quedan muchas exposiciones interesantes fuera de los dos itinerarios descritos, y casi todas las que aquí se recomiendan podrán verse durante las próximas semanas, más allá de la fecha de finalización de ARCO.