La compañía de danza La Veronal regresa a Madrid con una pieza estrenada este verano en el Festival Grec de Barcelona y creada, en parte durante los meses del confinamiento, a partir del trabajo que el coreógrafo de la misma, Marcos Morau, hizo en torno a la figura del cineasta Luis Buñuel para el Ballet de Lorraine en 2016. Sonoma podrá verse en directo en Conde Duque entre el 12 y el 14 de noviembre y en streamaing a través del canal de Vimeo del centro el día 13. Al igual que otras producciones de La Veronal, como Siena, Portland o Moscú, el título de Sonoma hace referencia a un lugar concreto. En este caso es el nombre de una localidad de California ubicada en el “Valle de la Luna”, conocido así por los pueblos indígenas Miwok y Pomo. Además Sonoma resulta de la superposición de sonum, (sonido en latín), y soma, (cuerpo en griego), porque pretende ser un ritual para volver conectar con nosotros mismos a través de lo físico, más allá de las experiencias virtuales y digitales que se han impuesto al ritmo que avanza la pandemia de la Covid-19. Paradójicamente es a través del streaming como muchos espectadores podrán ver ahora esta pieza que apela a la piel para recordarnos la necesidad urgente de volver a los orígenes: con la fuerza del grito y al ritmo del tambor.
En Sonoma, Marcos Morau, galardonado en 2013 con el Premio Nacional de Danza y fundador de La Veronal, ha partido de la coreografía que hizo hace cuatro años para el Ballet de Lorraine. La experiencia del confinamiento, algo que le encontró junto a su equipo mientras preparaban la nueva producción, le obligó a ahondar todavía más en los contrastes entre el entorno rural de la infancia de Buñuel y el París de las primeras vanguardias al que llegaría el cineasta en 1925. La precuela de la que surge este espectáculo evocaba la convulsa época de entreguerras desde su título, El surrealismo al servicio de la revolución, el mismo de la revista creada por el poeta Louis Aragon. Aquel fantasma que recorría Europa entonces parece agitar los cuerpos de las nueve bailarinas, que se ven atravesados ahora por todos los grandes temas reivindicados en el presente, de la lucha feminista al ecologismo.
Marcos Morau dice que Sonoma habla de cómo los acontecimientos se precipitan a gran velocidad y en muchas ocasiones nuestros cuerpos no son capaces de asimilar los cambios, tal y como ha sucedido con la crisis del Coronavirus. Se trata de una montaña rusa dentro de la que sólo podemos aullar. Tal vez por esto Buñuel no haya sido nunca tan actual como lo es hoy, al conducirnos, por medio de imágenes que son paródicas y sublimes al mismo tiempo, al abismo de la imaginación y del miedo. La producción cuenta con un texto de enorme carga poética escrito en colaboración por Carmina S. Belda y las compañías de teatro El Conde de Torrefiel y La Tristura, consideradas por la crítica dos de las más innovadoras en su uso de la palabra dramática (pueden leerse la traducción al castellano en su web). El diseño sonoro es de Juan Cristóbal Saavedra, que incorpora coros de voces y referencias veladas a la jota y a los tambores de Calanda, que tanta presencia tienen en el cine de Luis Buñuel. A Silvia Delagneau se debe el espectacular vestuario inspirado en los trajes tradicionales del Cáucaso -las trenzas kilométricas georgianas y las faldas que al girar convierten el cuerpo en una peonza-.
Sonoma ha sido el motivo de una de las ilustraciones de Eva Vázquez para la revista de noviembre de eme21magazine. Y no será el único título de la programación que pueda verse a través del canal de Vimeo de Conde Duque. The Mountain, de la Agrupación Señor Serrano (21 de noviembre) y Tiburón, de Lagartijas tiradas al sol (25 de noviembre), también se emitirán en streaming.