Las fiestas de San Isidro están a punto de comenzar. Cada año Madrid honra a su patrón con un completo programa cultural que se celebra en paralelo a la feria taurina más importante del mundo, que arranca esta tarde en la Plaza de Las Ventas. Hasta el 1 de junio, el ambiente dentro y fuera será extraordinario, ya que muchas grandes figuras forman parte del cartel. Uno de esos primeros espadas es Miguel Ángel Perera, que torea el día grande de Madrid, el día 15, con Sebastián Castella y Ángel Teruel (toros de Alcurrucén), y el día 23, con Finito de Córdoba y Morante de la Puebla (toros de Jandilla). Y quién mejor que el maestro extremeño para contarnos qué se siente al pisar «la plaza de toros más importante del mundo, el mejor escenario, donde está el público más exigente«, según sus palabras. Aquí os dejo una entrevista con él.
¿Qué significa para ti torear en la Feria de San Isidro?
Es un sueño. La plaza de toros más importante del mundo. El mejor escenario, donde está el público más exigente. Se dice que Madrid pesa mucho, y es cierto, pero también es la plaza que, si salen bien las cosas, más satisfacciones te da, sin desmerecer al resto, pues cada plaza tiene su importancia.
¿Qué tiene de especial la Plaza de Las Ventas?
Todo, desde el marco incomparable por su majestuosidad, hasta ese ruedo tan especial como ninguno. Cada tarde allí sabes que la rivalidad entre los compañeros es mayor si cabe. Es la liturgia en su expresión más pura, un escenario en el que a nadie se le escapa nada.
¿Es cierto que, aunque tiene fama de difícil, la afición de Madrid es de las más agradecidas?
Madrid mira con lupa lo que sucede en el ruedo y, como cualquier plaza, tiene sus toreros, aquellos por quienes siente especial sensibilidad. Pero creo que sí, que es un público que sabe ver el binomio toro-torero. Si te ve firme ante un animal complicado, te lo sabe reconocer. Y cuando las cosas salen bien, se entrega.
¿Cuál ha sido tu mejor tarde en Madrid?
Gracias a Dios, desde mi debut en Las Ventas he tenido tardes que me han dejado muy buen sabor de boca, pero no cabe duda de que la más importante en cuanto a resultado artístico fue la del 6 de junio de 2008, cuando pude salir a hombros por la puerta grande. A nivel personal, la tarde que jamás se me olvidará será la de mi encerrona con seis toros en la Feria de Otoño de aquel mismo año. Salí de la plaza por la enfermería, pues me tocó cobrar buen tabaco, como decimos nosotros. De aquella tarde no me importan los trofeos estadísticos, sino la capacidad que tuve para sobreponerme a la adversidad.
¿Qué esperas de las dos tardes que tienes este año por delante?
No te voy a engañar: el triunfo. Deseo que embistan los toros y poder disfrutar como lo estoy haciendo en el campo, como lo he hecho en otras plazas. Desde el año pasado noto que he madurado en mi concepto, que el trazado del muletazo es más largo, que al natural me siento muy a gusto. Y sueño con que el público de Madrid lo pueda ver.
¿Qué sueles hacer cuando toreas en Madrid los días previos: paseas, te refugias en algún sitio en especial?
No suelo hacer nada distinto. Soy una persona con mucha disciplina diaria: gimnasio, salgo a correr, tiento, toreo de salón… Siempre digo que mi mejor refugio es mi casa, donde más feliz soy. Ése es mi sitio especial, antes y después de cada corrida.
Tu sitio preferido de Madrid es…
Me gusta perderme por sus calles. Yo viví aquí de jovencillo, cuando todo eran sueños y ni por lo más remoto creí que iba a alcanzar tantas cosas como he alcanzado. Esos paseos por las callejuelas del viejo Madrid me retrotraen a los años de inocencia. Madrid es una ciudad que me encanta.
Por último, anima a la gente a pasarse por la plaza y a disfrutar de la feria.
¡Por supuesto! Aunque suene a topicazo, la fiesta de los toros es un espectáculo sin igual. Quienes son aficionados tienen ante sí un plantel de tardes interesantísimas. El que nunca se haya acercado a ver una corrida de toros, lo debería hacer, pues así tendría un criterio para poder hablar de ella. Seguro que indiferente no sale de la plaza. Y si es una tarde en la que hay éxito, seguro que volverá, y habremos ganado un aficionado más. El espectáculo es caro, lo sé, y más hoy en día. Pero Madrid es una plaza muy grande, con zonas por cuya entrada se paga poco más de cinco euros. ¡Aprovechen la oportunidad! ¡Y disfruten de la Feria!