¡No hay nada más divertido en este mundo que poder sorprender a los pequeños cuando estamos en una visita turística en una ciudad! Esto es lo que sucede cuando de camino al Museo Thyssen-Bornemisza, bajando desde la plaza de Santa Ana, en la plaza de las Cortes, junto al Hotel Palace te encuentras con un carillón en la fachada del Edificio de Seguros Groupama.
Este carillón no lleva demasiado tiempo, ya que se instaló en el año1993 y es, que yo sepa, el primer y único reloj de Madrid con piezas móviles. La exhibición del carrusel de personajes se puede contemplar diariamente a las doce del mediodía, a las tres y a las ocho de la tarde. Sigue la tradición que existe en muchas ciudades de Centroeuropa, donde funcionan curiosos y atractivos carillones que se convierten en atracción turística destacada, como es el caso del Reloj Astronómico de la Torre del Ayuntamiento de Praga.
Así, teniendo claros estos horarios, es muy divertido llegar a la plaza de las Cortes, de camino al Museo Thyssen o hacia el Retiro para dejarse sorprender por los figurines de Rey Carlos III, Goya, la Duquesa de Alba, el torero Pedro Romero y la Manola, todos ellos diseñados por Antonio Mingote.
Mi plan magistral, que funcionó muy bien por cierto, comenzó con la idea de dejar a Manuela descargar algo de adrenalina así que yo me tome un buen té en la plaza de Santa Ana mientras Manuela me mostraba sus dotes de saltimbanqui y trapecista en un tobogán…
Todos sabemos que con peques con gran imaginación, un trayecto de 10 minutos te lleva unos 20, así que a las 11:40 h, bajamos por la calle León para llegar a la plaza de las Cortes en el momento en el que comienzan a sonar el carillón. Y entonces Manuela, como si hubiera descubierto tierra después de meses en alta mar, alzó su mirada a la fachada y vio a los figurines saludar y a las campanas tocar… Y se sintió feliz. Pensando que era ella la que provocaba la magia, seguimos nuestro camino al Thyssen-Bornemisza para ver una de las obras de su colección, La casa giratoria de Paul Klee.