Silencio. Esa es la primera recomendación que me dieron el otro día nada más cruzar las puertas del Hammam Al Andalus, a solo unos pasos de la Plaza Mayor. Solo en silencio se puede disfrutar de este auténtico oasis en la ciudad, un lugar para relajarse pero también para reencontrarse con la Historia. Según la tradición árabe, el equilibrio entre cuerpo y mente se consigue a través de los cambios de temperatura, con el agua siempre como elemento purificador. Hoy el agua lo que nos aporta es relax. Y de eso es, precisamente, de lo que os voy a hablar.
Porque si lo que queréis es relajaros, no se me ocurre un sitio mejor. Primera aclaración: esto no es un spa. Así que no esperéis tratamientos específicos, piscinas inmensas y cuellos de cisne. El Hammam Al Andalus está construido sobre un aljibe de cientos de años de antigüedad, y aprovecha al máximo la estructura y los materiales de la construcción original. Los baños árabes se inspiraron, en sus tiempos, en las termas romanas para satisfacer las necesidades de higiene. Los de hoy en día recuperan y adaptan el concepto a nuestros tiempos.
Así que, sí, todo respira aquí un cierto aire nostálgico. Nada más poneros el bañador bajaréis por unas escaleras a una sala donde encontraréis tres termas con agua a diferentes temperaturas -fría, tibia y caliente-, además de un baño turco. ¡Aquí podéis moveros como queráis! Porque lo mejor del hammam es que no hay un circuito establecido, ni unas pautas concretas que seguir a rajatabla. Durante hora y media, te mueves a tu aire, para disfrutar mejor de un espacio donde reina el sosiego gracias también a la ambientación. Luz tenue, velas, música andalusí de fondo… imposible no relajarse. ¡Y en pleno centro de Madrid!
El hammam cuenta también con una sala de reposo con una fuente de la que mana té verde a la menta. Es aquí donde tendréis que elegir la esencia con la que os darán un masaje después. Vosotros decidís: rosa, violeta, ámbar rojo o lavanda, que es la que yo escogí. En tiempos de Al Andaus esta era una de las plantas que más se cultivaba en los jardines botánicos, un buen aliado para eliminar las tensiones nerviosas.
La experiencia hammam se convierte en algo definitivamente único en la sala de masajes. Son de dos tipos: relajantes -para espalda o piernas- y el llamado Kessa Tradicional. ¿Y en qué consiste este? Pues en una limpieza del cuerpo que elimina las células muertas con un guante de fibra de algodón, el kessa, y una pasta de jabón de uvas rojas natural, muy espumosa. Sobran las palabras: creo que es mucho mejor que lo experimentéis vosotros mismos. Al final uno sale del Hammam Al Andalus feliz, tranquilo, relajado… y con muchas ganas de volver.