José y David Muñoz recalan en la capital a lo grande este 29 de diciembre con una actuación que se presume memorable en el Barclaycard Center madrileño. Una aventura que lleva el título de su último disco Rumba a lo Desconocido y en la que, intercalados con sus últimos temas, también sonarán los clásicos del dúo: La raja de tu falda, Como Camarón, Tu calorro…
David cuenta con su gracejo verborreico habitual que «cada disco de Estopa es una aventura diferente y nunca hay nada garantizado». Esta última aventura, en concreto, es el fruto de un trabajo bien intenso: «Hace cuatro años nos empezamos a enfrentar al papel en blanco. Esto es, nos preguntamos: ‘¿ Qué canciones hacemos ahora?’ Esto siempre es una incógnita que se desvela juntándonos mi hermano y yo con la guitarra y dando el callo, para que la inspiración te pille trabajando». El proceso ha sido lento, pero «estamos muy satisfechos. Cuatro años dan para mucho; por el tiempo que le dedicas a la composición y el que te pasas en el estudio. Hemos escrito unas 30 canciones y de ellas hemos intentado elegir canciones con los mismos elementos de cuando empezamos: rumba mezclada con rock urbano, punk y alguna guitarra más que comprometida».
El secreto de su sonido es siempre «la mezcla entre guitarra acústica y eléctrica. Esa aleación entre ambas nos la pensamos bastante. El resto es ir al estudio para ver cómo la plasmamos en cada tema; si le metemos un guitarrazo o no». Al final, para David el disco queda como una especie de «catálogo de lo que sabemos hacer. Hay rumba, pero también hay sambas y medios tiempos». Sin embargo, la rumba será siempre la seña de identidad del grupo: «Es lo que nos da la energía para seguir tocando la guitarra. Una guitarra española siempre te lleva a la rumba. Además, ahora es un género que está mucho mejor visto que antes, cuando empezamos, que era serie B. Sin embargo, nuestra mezcla funcionó y mucha gente ha tomado ese camino, lo cual nos enorgullece».
Confiesa David: Madrid es nuestra segunda patria. Venimos yendo y quedándonos en el barrio de La Elipa desde el 94 -antes de formar Estopa- y nos conocen en todos los bares. Seguimos manteniendo la misma relación con la gente. Cuando vengo a Madrid siempre intento quedarme allí, porque me gusta ir al barrio y hablar con gente normal». Quizá sea porque David elige el Madrid «de los barrios: La Elipa, Vallecas, Móstoles… Creo que lo que pasa ahí que es más interesante«. Todo esto tiene un reflejo en la personalidad del público que va a sus conciertos: «El público de Madrid es muy pasional. A mi me recuerda mucho al argentino. Disfrutan la música y la vida de una forma muy especial. En esta ciudad la gente está acostumbrada a divertirse y ya salen con esa predisposición; y a mi, bueno, me lían, me lían… Vas a un bar y te parecen que pasan 15 minutos y, cuando te das cuenta, son las diez de la mañana. Esto no pasa en ningún sitio del mundo».
Sobre Madrid, la voz de Estopa es tajante: «Es el centro neurálgico, geográfico y por narices. Es donde se cuecen las cosas creativas más importantes». A eso contribuye el carácter de la ciudad: «De Madrid somos todos, porque está lleno de gente de toda España y de todo el mundo. Eso ha creado el carácter del madrileño: abierto, cañero -de cañas- y de conversar«. El dúo ha tocado aquí infinidad de veces, pero a David le gusta recordar «la primera vez que tocamos en la desaparecida sala Suristán, porque fue muy especial. Allí era todo una incógnita. El garito estaba que no cabía un alfiler. Ese concierto nunca se me olvidará. Como tampoco cuando tocamos en Las Ventas, que nos parecía que no nos estaba pasando a nosotros».
LA RUTA MADRILEÑA DE LOS ESTOPA
1.- La Elipa y todos sus bares… y todas sus personas.
2.- La calle Huertas. Hay un bar que se llama El Perol, que era de un socio de Domingo y los Cítricos.
3.- La zona de las Cavas y la Puerta de Sol. Hay un sitio al que vamos a comer y que tiran las cañas como en ningún sitio.
4.- La calle Preciados. Especialmente en Navidad -no te voy a engañar- con todas las luces encendidas.