Y Goya perdió la cabeza

Categoría: Arte y Cultura 30 octubre 2018
Ermita de San Antonio de la Florida

Ermita de San Antonio de la Florida

Hace ahora casi un siglo, en 1919, los restos mortales de Francisco de Goya hallaron descanso, esperamos que eterno, en la Ermita de San Antonio de la Florida, junto al parque del Oeste. Allí se puede seguir hoy día una explicación teatralizada, ver la lápida del panteón, contemplar los frescos salpicados de ángelas y admirar las chulapas y chisperos de la bóveda, con esa barandilla a la que parecen asomarse para saludarnos. Pero el proceso no fue fácil. El entierro se produjo casi cuarenta años después de iniciarse los trámites para repatriarle desde el cementerio de la Cartuja, en Burdeos, localidad donde había fallecido como un exiliado más. Reposaba en una tumba cuyo estado era ruinoso a juicio de quien la descubriera por casualidad, el cónsul español en la ciudad francesa.

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